El informe del Programa Somos Defensores registra 805 agresiones a líderes y defensores de derechos humanos durante el año pasado, de las cuales 155 fueron asesinatos. Indicadores sin precedentes en el país. El documento denuncia falta de voluntad política del Gobierno Nacional para frenar el fenómeno. 

Los indicadores en asesinatos, amenazas, hostigamientos y otros hechos violentos se dispararon en relación con años anteriores y la respuesta estatal fue, en todo momento, ineficiente.

La publicación, en su conjunto, evidencia un crítico panorama durante el último semestre de gobierno de Juan Manuel Santos y peor aún para los primeros meses de Iván Duque en la Presidencia.

En total, el documento reporta 805 agresiones a líderes y defensores durante el año pasado, en su mayoría amenazas. Respecto a 2017, el aumento es de casi 44% pues ese año se registraron 560 casos.

Pero la situación es más alarmante particularmente con relación a los asesinatos pues se pasó de 106 en 2017 a 155 en 2018, es decir, un aumento de más del 46%. Así mismo, el número de amenazas registradas alcanzó 583, luego de haberse presentado 370 en 2017.

Un mapa que hoy incluye entre sus actores a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, los Puntilleros, los Pachenca, los Caparrapos, el Frente Oliver Sinisterra, Los Pachely, el ELN y el EPL, entre otros.

La diversificación de los grupos armados ilegales dificulta, además, la identificación de los responsables de las agresiones a líderes.

En ese sentido, el informe reporta que el 55% de las 805 agresiones contra líderes fueron cometidas por grupos paramilitares

en el 33% de los casos no se ha identificado el responsable, el 5% fueron cometidas por disidencias de las FARC, 4% por la Fuerza Pública y menos del 2% por el ELN.