Se escribe así en números: 70.000’000.000: setenta mil millones de pesos. Algo así como 56.000 salarios mínimos mensuales. Eso es lo que les costará a los colombianos el servicio de camionetas blindadas para que los representantes a la cámara puedan desplazarse con seguridad.

Seguridad que es lo que, supuestamente, deben tener todos pues su dignidad de “honorables congresistas” puede exponerlos a peligros que pongan en riesgo su integridad personal. Pero ¿todos están con tan alto riesgo al punto de merecer camioneta de modelo reciente con alto nivel de blindaje?

Es uno de los temas que se discutirá acaloradamente con vistas a la renovación de los esquemas de seguridad que dispondrá la Cámara para sus miembros el año entrante ya que 2022 ya está contratado y en ejecución.

Se espera que el presidente de la cámara David Racero mantenga su postura de austeridad e impulse entre su bancada mayoritaria una reducción significativa en ese rubro.

Aunque considerando los tropiezos que han tenido las distintas iniciativas que buscan bajar el sueldo de los congresistas por parte, precisamente, de gran parte de los mismos, no será fácil lograr que se bajen del carro blindado, último modelo, con chofer y combustible pagado por todos menos por ellos.

Habib Merheg Marún