Angélica María Ramírez, tuvo su peor día de la vida este pasado 22 de Julio, cuando en compañía de su prima, visitaron la tienda Carulla en la 63 en Bogotá porque su prima deseaba comprar unos polvos de maquillaje idénticos a los que ella había comprado en otra tienda semanas atrás.
La joven, oriunda de Fundación, Magdalena, contó que fue a la tienda de cadena con su prima, según Angélica, sacó el maquillaje de su cartera para compararlo con el que iban a comprar y luego lo volvió a guardar.
“Sacamos dinero y pagamos (…) Cuando íbamos a salir nos detiene un guardia y nos dice ‘ustedes se robaron algo, vamos a registrarla’, y nos pasaron para la parte de atrás del establecimiento donde nos requisaron, y después de esto terminé presa”, relató.
A pesar que el maquillaje que enseñó Angélica se notaba que había sido usado, el guarda de seguridad insistió en su versión que la joven estaba robando y procedió a entregarla a la policía.
La joven que estaba con ella fue hasta su casa y encontró la factura que comprobaba que los polvos que llevaba en el bolso no eran robados y habían sido comprados días antes en otro establecimiento comercial.
Para entonces, Angélica ya había sido judicializada con foto y huellas dactilares. El proceso probatorio para demostrar su inocencia tomó cerca de 7 horas, y sólo hasta las 9:30 de la noche fue puesta en libertad.
Ante lo sucedido, Carulla emitió un comunicado en el que manifestó: “Claramente estamos ante un hecho que obedece a un error el cual lamentamos. Situaciones como estas no corresponden a la experiencia que queremos ofrecerles a nuestros clientes”.
Aunque el almacén se disculpó, Angélica emprenderá acciones legales pues terminó siendo judicializada por un delito que no cometió.
Director: Habib Merheg Marún