Por @EscribidorMao
Al escuchar la noticia por parte de amigos de los medios de comunicación, quedé impactado, pero luego recordé los tiempos aquellos en donde no se podía hacer periodismo en Colombia, sin ser amenazado y linchado, como le pasó a Jaime Garzón, por andar metiendo sus narices en aspectos políticos de la oscura Polombia.
Conocí a Alberto Tejada cuando fui Director y socio fundador del Canal 2, por allá en el año 2.000, recuerdo que llegó al canal a solicitar un espacio para la divulgación del ejercicio periodístico y tuve la oportunidad de guiarlo en los inicios de su carrera frente a cámaras. Un señor serio, ecuánime, directo y con grandes deseos de transmitir sus pensamientos a la comunidad.
Con el tiempo, Alberto Tejada habría comprado las acciones mayoritarias del Canal 2 y ahora es la imagen del periodismo independiente de la ciudad, que gracias a su labor durante el Paro Nacional, le ha dado crédito como un informante de la realidad política y social del país.
Durante el Paro Nacional se enfrentó con cámara en mano a la Gente de Bien de Ciudad Jardín, a la policía cuando investigaba la realidad del uso de las instalaciones de los almacenes Éxito como lugares de interrogatorio por parte de la policía, se enfrentó al ESMAD en repetidas ocasiones, mostrando con lujo de detalles en vídeo de las acciones de abuso de autoridad de la fuerza armada, se convirtió en la piedra en el zapato del periodismo tradicional, que lejos de acercarse a los disturbios, transmitía la información que recaudaba de las autoridades, mientras Alberto Tejada los dejaba fríos con sus vídeos justo en medio de las protestas en Cali.
Ahora se habla del recuado de $30 millones de pesos para contratar a un grupo de sicarios que atenté contra la vida del Cucho del Canal 2. Hasta ahora las autoridades no confirman dicha aseveración y están averiguando que tan cierta puede ser la información que deambula en las redes sociales y las calles del barrio Mariano Ramos, en donde se planea la ejecución del plan siniestro de asesinato.
Lo cierto es que la vida de Alberto Tejada ha cambiado, le ha tocado variar en sus rutas de destino a su hogar, mientras en las oficinas del Canal 2, se ha logrado grabar con cámaras de seguridad, la presencia de vehículos blancos acompañados de motos que moran alrededor del lugar.
Alberto se ha caracterizado por hablar claro y con criterio propio con respecto a la realidad del país, sus comentarios y acusaciones contra el gobierno de Iván Duque han sido atrevidas y directas, llegando al corazón de una sociedad caleña cada vez más sumida en la desigualdad social y el conflicto del desempleo y la la falta de oportunidades. Tejada no ha manifestado sus intenciones políticas, no se reconoce como seguidor de una tendencia política y asegura que el país requiere de un cambio estructural muy grande, que obedece a la desbordada corrupción política por la que estamos atravesando.
Ojala todo este retrato de un posible atentado contra su vida, no sea otra cosa que chismes de una sociedad cada vez más polarizada por la realidad que afronta, ojala nada de esto sea cierto y que Alberto tejada siga su camino a la denuncia y la actividad periodística que lo ha llevado a la cima de su carrera, ojala respeten su vida y lo dejen trabajar tranquilo.
Desde esta columna, expreso mi solidaridad con Alberto Tejada y mi admiración por su valiosa y constante dedicación a la causa de informar con la verdad.