La imagen del presidente Bolsonaro no está pasando por su mejor momento y como estrategia política, el mandatario ha decidido lanza runa campaña de manifestaciones pacíficas, que buscan congraciar con la ciudadanía y aumentar su popularidad en su país.
Bolsonaro busca ganar la batalla entre los tres poderes y conseguir que en las próximas elecciones el voto electrónico sea la vía para garantizar la transparencia en Brasil. Para presionar al congreso y las cortes, el mandatario la emprende contra el Tribunal Superior Electoral (TSE) para obligar el voto electrónico.
La noche del lunes se vivieron los primeros disturbios en Brasilia, cuando seguidores del mandatario atravesaron varias barreras policiales para avanzar hacia el Congreso e intentaron hacer lo mismo en la sede del Supremo Tribunal Federal. En las calles, decenas de camiones y vehículos tocaban la bocina en apoyo al presidente.
El mandatario amenazó con no celebrar las próximas elecciones de octubre de 2022 si no se reformaba el sistema de voto en línea como lo que hizo su antiguo homólogo estadounidense, Donald Trump. Sin embargo, el presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Luis Roberto Barroso, se negó.
El presidente proclamó un ‘impeachment’, que le fue denegado, contra el juez Alexandre de Moraes, quien a principios de agosto ordenó investigarlo por «calumnia e incitación al crimen».
Barroso y Moraes están en la mira del gobierno, que incita a los brasileros a pronunciarse en contra de estos personajes que atentan contra su imagen política y frenan el deseo de una elecciones sistematizadas.
la amenaza
«Tienen que entender cuál es su lugar. Y vuestro mensaje pueblo brasileño, el próximo martes, será un ultimátum para estas dos personas», comentó durante un acto en el estado de Bahía.
«La vida es desafío. Sin desafíos la vida no tiene gracia. Las oportunidades aparecen. Nunca para el pueblo brasileño fue tan importante o será tan importante este próximo 7 de Septiembre», aseveró recientemente.
En las redes, los bolsonaristas incluso han lanzado amenazas de muerte contra Moraes y su familia. En TikTok un hombre llegó a afirmar que un empresario ofrecía dinero «por la cabeza» del magistrado, mientras que otro seguidor del presidente grabó un video en el que prometió derramar sangre en el campamento indígena en Brasilia si «un indio se interpone en el camino».
«Pueblo de la derecha, he hablado con líderes ahí, los tipos están encendidos. Están como la pólvora. Si enciendes una mecha, un indio de esos se mete por medio, Brasilia se ‘desindianizará'», comentó.
Mientras las encuestas dan como ganador en los comicios de octubre de 2022 al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, Bolsonaro va perdiendo apoyos entre la clase política y empresarial.
La plataforma Derechos Ya, formada por los 16 principales partidos políticos brasileños, advirtió este lunes del riesgo en el que está la tradición constitucional del país ante un proyecto de «orientación fascista, capitaneado por el propio jefe del Poder Ejecutivo».
la comunidad internacional
En una carta publicada este lunes, 156 políticos y expresidentes de 26 países, entre otras figuras destacadas, alertaron de que «una posible insurrección pondrá en peligro la democracia en Brasil».
A su juicio, Bolsonaro escenifica «una crisis política con actos de golpismo explícito para desviar la atención del desempleo en masa, del hambre que campea, de la grave devastación ambiental que acelera la crisis hídrica y energética y de una inflación que ya está definitivamente en ascenso».
El texto está firmado por los expresidentes Fernando Lugo (Paraguay), Ernesto Samper (Colombia), Rafael Correa (Ecuador), Martín Torrijos (Panamá) y José Luis Rodríguez Zapatero (España), entre otros destacados nombres.