Opinión: Kico Becerra
Escuchando los candidatos y candidotes presidenciales veo que solo dos de ellos, Fajardo y Alejandro Gaviria, han sentado como eje de sus campañas el crucial tema de la educación.
Es entendible que Petro no hable mal de la calidad de la educación pública para no disgustar a FECODE, quien reducen el problema de la gran brecha entre la educación privada y la pública al tema salarial y de beneficios para los maestro sindicalistas. Cuando los profesores de colegios privados ganan igual o peores salarios.
Es innegable que la educación pública Colombiana fracasó en su objetivo de equilibrar la sociedad. Prueba de ello es que los propios profesores públicos prefieren que sus hijos estudien en colegios privados.
Si queremos un país menos excluyente y más equilibrado, no existe un camino distinto a mejorar la calidad de la educación pública. Eso requiere un gran propósito nacional, de preparar mejor a los docentes y hacer un plan masivo de jubilación temprana a los maestros nombrados antes del inicio de este milenio.
Maestros formados en la época cibernética, que manejen la tecnología mejor que sus alumnos, no como sucede actualmente. Urge un cambio del currículo, con mucha matemáticas, destrezas mecatrónicas y sociología.
Sobretodo enseñar convivencia, tolerancia, derechos humanos y ética ciudadana.
No tenemos más camino que el de la educación para cambiar como sociedad. El profesor Mockus había prometido vender el 10% de ECOPETROL, para dedicar todo ese dinero a un plan de 10 años en la transformación educativa y la gratuidad de la educación superior. ¿No será el momento de volver a pensar en ese proyecto?
Pensar que, dando armas a los ciudadanos mejorará la inseguridad o que la corrupción se acaba simplemente con más normas, es simplificar esos graves problemas. El problema de fondo se arregla solo con brindar a los niños menos favorecidos una educación igual o mejor a los de las clases altas.