ATOMIK. Ese es el nombre resultante de la colaboración científico-empresarial entre Reino Unido y Ucrania que ha dado un fruto inusual: una nueva marca de vodka que aprovecha la imagen y las condiciones especiales del área que rodea la siniestrada central nuclear de Chernóbil. Los promotores han patentado el producto y sostienen que es muy seguro desde el punto de vista de los radionucleidos.

Según un comunicado emitido por la empresa productora, uno de los dos ingredientes principales de la bebida es el agua de los pozos de Chernóbil, que tiene «una composición química similar a las aguas subterráneas de la región de Champagne en Francia». El otro es el alcohol destilado a partir de cereales cultivados cerca del lugar del mayor accidente nuclear de la historia.

Antes de la tramitación de la marca, se realizaron pruebas durante tres años estudiando la migración de radionucleidos entre el suelo de Chernóbil y los cultivos agrícolas del área. Las muestras presentaban un leve exceso de estroncio-90, pero la radiación que emitía fue considerada aceptable: 20 bequerelios por kilogramo. Además, la tecnología de destilación no permite que ese elemento llegue al alcohol.

Según sus creadores, en la bebida final solo se puede percibir una presencia mínima de carbono-14, pero que no supera los niveles habituales del isótopo en «cualquier otra bebida alcohólica». También aseguran que el agua, extraída de una capa de rocas profunda, no se ha detectado contaminación radiactiva alguna.

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Para recordar:

  • El accidente nuclear de Chernóbil tuvo lugar el 26 de abril de 1986.
  • Decenas de personas murieron en los primeros tres meses posteriores a la avería. Cerca de 4.000 fallecieron con posteridad debido a enfermedades de desarrollo a largo plazo, tras haber quedado expuestos al aire, el suelo y objetos contaminados.
  • La población fue evacuada de un radio de 30 kilómetros en torno a la central nuclear.

Director: Habib Merheg Marún