Según muestran los registros históricos, hace 200 años en ciudades como Buenos Aires y Santiago los negros llegaron a representar más del 20% de la población, una cifra que podía llegar al 60% en otros lugares en los que la mano de obra de los esclavos traídos de África era fundamental para las economías locales.

A diferencia de otros países en Latinoamérica, el porcentaje de negros en Argentina yChile son los más bajos de todo el continente, en parte porque Argentina quería mantener oculto las cifras, para mantener el porcentaje de «raza blanca europea» por encima de todas las cifras.

Cuando no se negó la presencia de los negros, se tendió a relativizarla con argumentos como que fueron muy pocos los que llegaron o que los que sí lo hicieron, o bien se marcharon, o murieron en la guerra o no sobrevivieron debido al frío y las enfermedades.

En la vecina Uruguay, en cambio, la presencia de los afrodescendientes ha sido constante desde el tiempo de la colonia -representando en la actualidad en torno al 8% de la población del país- y, pese a la discriminación histórica que ha sufrido este colectivo, la herencia afro está presente en importantes manifestaciones culturales del país como el famoso carnaval de Montevideo.

La presencia de negros en el Cono Sur es un fenómeno que puede trazarse hasta los tiempos de la conquista en el siglo XVI, cuando ya existen registros de afrodescendientes que llegaron como esclavos.

«Lo que sabemos es que en total, durante todo el periodo colonial, se traficaron alrededor de 12 millones de esclavos desde un continente a otro», explica Juan José Martinez Barraza, historiador económico de la Universidad de Santiago de Chile.

«70.000 esclavos llegaron al Cono Sur, principalmente al Río de la Plata. Si bien esto parece una cifra insignificante, no lo fue por lo que representó en términos económicos para estos espacios», señala el historiador.

«Por ejemplo, en Santiago en 1777 había 40.000 habitantes y en Lima alrededor de 50.000. Por lo tanto, un influjo de 70.000 personas, que además se reprodujeron, sí fue significativo en términos económicos».

Los esclavos llegaban principalmente a través de los puertos de Montevideo y Buenos Aires. Desde allí algunos eran enviados a las provincias del interior de la actual Argentina o hasta Santiago y Valparaíso, desde donde eran trasladados por mar hacia el norte.

Muchos de ellos se quedaron en las ciudades para realizar labores domésticas o artesanales. Otros fueron obligados a trabajar en el campo o en las minas.

De acuerdo a Juan José Martinez Barraza, «cuando la historiografía liberal puso de relieve la naciente república y dejó atrás la colonia, metió debajo de la alfombra todo lo relacionado con la esclavitud y los esclavos».

Director: Habib Merheg Marún