Dave Halls, el asistente de dirección que el pasado jueves entregó a Alec Baldwin la pistola con la que mató accidentalmente a Halyna Hutchins, reconoció que no revisó el arma antes de ensayar la escena porque estaba convencido de que contenía balas de mentira.
La declaración del asistente, publicada este miércoles por la oficina del Sheriff de Santa Fe (Nuevo México, EE.UU.), coincidiría con la hipótesis formulada por los investigadores después de que confiscaran unos 500 cartuchos con munición en la zona del rodaje, entre los cuales creen que había balas auténticas mezcladas con proyectiles falsos.
A diferencia de los cartuchos de fogueo, que recrean la explosión de un arma, las balas de mentira no contienen pólvora y solo se utilizan cuando el guion requiere que aparezca un proyectil en pantalla.
Por su parte, Hannah Gutierrez Reed, la armera de la producción, dijo a las autoridades que ese mismo día se había asegurado de que el arma contenía balas ficticias e indicó que no tenía conocimiento de que hubiera munición real en el estudio de grabación.