Una tarjeta amarilla, advierte, una roja expulsa y, si se aprueba la sugerencia de la IFAB, una azul suspenderá por 10 minutos al jugador que la reciba.
La IFAB (Internacional Football Board Association), ya ha hecho pruebas en campeonatos de categorías menores y ahora podría hacerse un ensayo en gran escala: el campeonato inglés.
La idea es que los árbitros tengan una herramienta intermedia entre la advertencia y la expulsión. El miembro de la IFAB, Lukas Brud afirma sobre el tema: «Hemos identificado el mal comportamiento de los jugadores con un problema grave para el fútbol. Estamos examinando qué podemos hacer mediante cambios en las reglas del juego. Una expulsión programada podría ser un elemento disuasivo mayor que una advertencia. También hay mucho interés por parte de varias partes interesadas en la idea de que sólo el capitán puede acercarse correctamente al árbitro».
La pretensión es, además, castigar las protestas a decisiones arbitrales.
Puristas del fútbol han lamentado la posible existencia de la tarjeta azul. De haber podido, se habrían lamentado también de la aprobación de la roja y la amarilla que solo sucedió en los años 70’s.