Por @EscribidorMao
El pasado 18 de abril de 2021, Diego Díaz, hijo del actor Bruno Díaz, falleció a sus 43 años producto del Covid-19, hecho que enlutó a la familia del actor caleño que reside en Bogotá.
El senador Gustavo Bolívar había contactado a Diego a través de su padre, al conocer que el joven había desarrollado un proyecto ambientalista de ahorro de energía, por medio de paneles solares en un colegio de la capital.
Bolívar buscaba ahorrar algo de dinero en las descomunales cuentas de energía que pagaba en su hotel El Paraíso de su propiedad en Cundinamarca. Así fue como se sentaron y celebraron un contrato, en donde Diego conseguiría un crédito bancario para acceder a los materiales requeridos para construir dichos paneles solares. El crédito de $202 millones de pesos fue otorgado a la empresa de Diego y se pactaron unas cuotas durante 10 años, en las cuales, lo ahorrado cada mes en consumo, sería abonado a la deuda con el banco. Hasta ahí todo bien.
La obra se ejecutó cual lo acordado, pero cuando fue necesario abonar al banco las obligaciones pendientes, el hotel no hizo ninguna consignación y esto ocurre antes da la pandemia. Asustado por la demora en los pagos, Diego acude a Bolívar, quien le explica que el hotel había sido rentado a un tercero que tendría la responsabilidad de cubrir esas cuotas del préstamo y que no entendía que ocurría con ese arrendador.
El arrendador, del cual sólo sé que se llama Henry, explicó que producto de las actividades políticas del senador y su cercanía a Petro, la gente no iba al hotel y lo rechazaban públicamente por considerarlo de un miembro de la izquierda extrema. Motivo por el cual el hotel no tenía visitantes y estaba en la ruina, razón por la cual no se habían cumplido las obligaciones pactadas.
¿Esto libera a Bolívar de
la responsabilidad?
Por supuesto que no, el contrato firmado con senador directamente, no libera de responsabilidad a Bolívar, que producto de la pandemia y una crisis económica que él manifiesta estar viviendo, no canceló las cuotas de responsabilidad.
Pasaron varios meses y lo inevitable ocurrió, los bancos reportaron a Diego por el incumplimiento y como consecuencia la imagen crediticia de Diego se vio seriamente afectada por la deuda sin pagar.
¿Cuál fue la pelea?
Para Bruno Díaz es inaceptable que el senador se haya beneficiado de los servicios de su hijo y haya echado al olvido el compromiso de cancelar las cuotas con el banco. Esta arbitrariedad de parte de Bolívar ocasionó que Diego perdiera toda posibilidad de seguir adelante con nuevos proyectos, tras haber sido reportado en las centrales de riesgo como un cliente no confiable.
Independiente del monto de la deuda, la furia desatada por Bruno ante la situación, está encausada en la manera en que su hijo Diego, fue burlado en su buena fe y abandonado por el senador, tras haberse concertado varias citas entre Diego y Gustavo, en donde las promesas del senador nunca se cumplieron a cabalidad.
Tras la muerte de su hijo, Bruno decide tomar cartas en el asunto y no declara que no escatimará esfuerzos en denunciar a Bolívar ante el daño que le causó a Diego.
¿Qué dice Bolívar?
La defensa del senador no es muy convincente. Primero se defiende asegurando que al entregar el hotel El Paraíso en arrendamiento, era el arrendador quien debía asumir esas responsabilidades. Lo cual no es cierto, pues el contrato celebrado fue entre Diego Díaz y el senador Bolívar.
La segunda evasiva de Bolívar, es afirmar que producto de la mala imagen que la derecha ha generado en él, el hotel no contó con las suficientes fuentes de ingreso para cumplir con las obligaciones. Esta excusa no libera al senador de sus obligaciones, ni descarga en Diego responsabilidad alguna.
Finalmente, declara el senador que todo se trata de una campaña interna en su partido, producto de la decisión de usar listas cerradas al congreso. ¿Qué relación puede tener eso con la denuncia de Bruno? Según Bolívar, aquellos que están difundiendo el vídeo, intentan destruir la buena imagen del senador, que dona su salario a las madres de Soacha y otras ONG de apoyo a los menos favorecidos.
¿Cuál sería el camino ideal?
Yo, de manera muy personal, pienso que las respuestas de Gustavo Bolívar lejos de ayudarlo a desenredar la pita, se la pusieron más enredada.
Si hubo un acción dolosa por parte del senador, pues era consciente que la no pagar esas responsabilidades, el banco reportaría a Diego y le causaría mucho mal en su imagen crediticia. Ese es evidente y no se puede cambiar.
Lo honesto y transparente era haber aceptado la culpa, al fin y al cabo es humano como cualquier mortal y debió ofrecer sus disculpas y garantizar una manera de enmendar el daño causado y por supuesto seguir cancelando las obligaciones pendientes.
Si algo ataca el progresismo, es la impunidad ante actos ilegales o de corrupción y aunque aquí no se trate de ninguna de las dos opciones, si es de caballeros enfrentar la realidad y no andarse escudando con excusas que lo dejan muy mal plantado.
Sentarse con Bruno y pedirle perdón le otorgaría a Bruno una paz interior que necesita tras la muerte de su hijo. Aceptar nuestros errores es cosa de machos y excusarse con bases sin fundamento lo dejan ante la opinión como un personaje similar a los que él mismo ataca en su ámbito político.
Que la paz empiece por uno mismo.
