En un paraje del desierto de Atacama, a 3.600 metros sobre el nivel del mar y donde las temperaturas pueden bajar de cero grados centígrados, un grupo de carabineros de Chile encontró el pasado 3 de Febrero el cadáver de un hombre mayor casi congelado.

Ese día, en la misma zona, en medio de la nada y a tres horas de camino, los uniformados hallaron otro cuerpo, el de una mujer más joven.

Los cuerpos fueron llevados para los estudios forenses al pueblo más cercano, Colchane, una pequeña localidad rural del norte de Chile, donde la noticia estremeció a sus menos de dos mil habitantes, casi todos indígenas Aymara.

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El caso se convirtió en un misterio que apunta a los nuevos ‘coyotes’ o traficantes de migrantes que están moviendo por la zona a cientos de colombianos, venezolanos y haitianos que buscan el ‘sueño chileno’.

A diario, los migrantes, divididos en grupos de entre 30 y 40 integrantes, se movilizan irregularmente por esta desolada e inhóspita zona de la frontera entre Bolivia y Chile. El punto de partida de la peligrosa travesía de estos caminantes por el Atacama es Pisiga, Bolivia, y su meta es Colchane. Desde este pueblo pueden seguir su camino hasta Iquique o Santiago.

Pero para llegar a Colchane y pisar suelo chileno primero deben sortear un último obstáculo, cuatro kilómetros de tierra y roca heladas y con poco oxígeno en el aire.

Director: Habib Merheg Marún