En el 2002 el exgobernador de Antioquia gozaba del más alto índice de popularidad, cuando llegó a su primer mandato en la república bananera de Colombia. La verdad es que la mala gestión política de Pastrana, abrió las puertas para que el pueblo, que reclamaba justicia cayera a los pies del hombre que proponía plomo y guerra frontal contra la guerrilla.
Llegó la reforma a la constitución, propuesta por él mismo, para que el congreso le permitiera gobernar un segundo periodo consecutivo y logró su objetivo sin muchas trabas. Para entonces se empiezan a mostrar los primeros visos de corrupción y de falsos positivos.
Antes de terminar su mandato, convocó a todo el país a votar por Juan Manuel Santos, quien fue su Ministro de Defensa y que acorde a su pensamiento, Santos seguiría dejándolo gobernar desde la silla detrás de la presidencia. Pero las cosas se desajustaron un poco y el hijo prodigo de Uribe se descarriló de su meta y comenzó a hacer lo que a su criterio, sería lo mejor para el país. Se perdió ese esfuerzo y esa platica de la campaña.
Para esta última reelección presidencial (la de Santos), Uribe buscó a Zuluaga y lo enredó para hacerlo su candidato, pero el tipo no dio la talla y perdió con Santos que logra seguir en la silla presidencial.
Cansado de dos desatinos seguidos, Uribe decide apostarle a un joven Senador de su partido, que curiosamente en su juventud, escribía artículos en un semanario, hablando pestes de Uribe, a quien tildaba de Paramilitar. Por supuesto el Uribismo no tuvo tiempo de investigar más al joven congresista y se llevó la sorpresa cuando descubre que era el mismo que años atrás derrochaba palabras para criticar a Alvarito.
Duque ahora es el hijo bobo del uribismo, ese que está más pendiente de lo que pasa en la casa del vecino, que lo que ocurre en la cocina de su casa. El que sale con frases pendejas y trinos desaliñados que obliga a los opositores a generar mucho ruido internacional.
Duque es un buen tipo, en el fondo es un niño con buenas intensiones, agobiado por un partido que lo quiere convertir en el niño malo del barrio, el fuerte, el decidido y violento que no es.
Con esta derrota del Uribismo, las cosas se ponen bastante confusas al interior del partido, tanto así que todo el país percibe la caída del imperio Uribista y con él, la posibilidad que, las cortes de justicia le pierdan miedo y terminen mirando con lupa los procesos en su contra y llevarlo a la corte a responder por los delitos que se le acusa.
Si esto ocurre, hay un Plan B listo para ejecutar, la salida del país de nuestro ex mandatario con asilo político en algún país vecino que quiera apoyarlo.
Lo único cierto es que Álvaro Uribe ya perdió la partida y con el paso del tiempo sus seguidores se van alejando como es costumbre en este país.
Director: Habib Merheg Marún
