OPINIÓN: FRANCISCO MEJÍA PARDO

Después de haber hecho un análisis del comportamiento del gobierno, donde se legisla vía Twitter, hemos concluido que la incertidumbre creada por el gobierno por su forma de comunicarse con la ciudadanía, ha resentido la confianza porque ella es el activo más valioso para construir credibilidad, certeza y tranquilidad.

A diferencia de algunos que dicen que la economía está nadando en consumo y que el mercado inmobiliario está más activo que nunca, todo esto a base de compras con tarjetas de crédito, el alto volumen de remesas de colombianos en el exterior y por supuesto la economía subterránea propiciada por el narcotráfico y las actividades ilícitas, no vislumbran lo que les viene pierna arriba a los colombianos en el 2023 con una posible recesión, obviamente producto de efectos internacionales donde la pandemia daño las cadenas de suministro y la invasión rusa redujo la disponibilidad de granos y combustibles, con el consecuente aumento de los precios y una inflación galopante. Los efectos internos producto de un gobierno desconocedor de las implicaciones que tiene el dar declaraciones sin medir las consecuencias, genera alzas en las tasas de interés, en la tasa de cambio, e incertidumbre, desconfianza y pesimismo.

A contrario sensu, quisiera aportar unas reflexiones que ayude a resolver el preocupante estado de salud de la economía colombiana. En dos meses entró en sala de urgencias el dólar, las tasas de interés, el costo de vida (inflación) siguen encareciéndose, podemos pasar un fin de año y un 2023 en sala de cuidados intensivos.

El gobierno culpa al sector privado de esta crisis, cuando todos sabemos que las complicaciones vienen de una difícil coyuntura mundial por todos conocida. Por lo tanto, nuestra recomendación es que el gobierno trabaje hombro a hombro con las empresas y gremios para afrontar las dificultades que generara desempleo, pobreza, disminución de exportaciones, desmejora del salario mínimo, desindustrialización, caída de la economía popular y para ello es importante hacer una reforma tributaria que no afecte el aparato productivo y por el contrario genere empleo, invierta en innovación, ciencia y tecnología.

Colombia necesita crecer o sea tener un mayor PIB, gente trabajando en las empresas y que no sientan los empresarios que el gobierno les esta confiscando sus ingresos para gastarlos en burocracia e inversiones que no reduzcan el costo país y que se cumpla con el cambio prometido, donde haya mejores condiciones de vida para los más vulnerables, tener una sociedad más incluyente y hacer prevalecer el interés general sobre el particular.

Si el gobierno estigmatiza a los que más tienen, estos terminaran yéndose a invertir en otros países donde existan mejores condiciones fiscales, laborales y jurídicas.

Bienvenida por fin la mirada al agro, vía entrega de tierras pero con un gobierno apalancando a empresarios y campesinos con formación , asistencia técnica, financiación, semillas, provisión de fungicidas, comercialización, control de precios vía la instalación de un nuevo Idema para evitar el desabastecimiento y la sobreproducción entre otros, todo esto permitiría que los jóvenes vuelvan los ojos al campo, ser empresarios exitosos, que les permita «vivir sabroso» y así puedan recolectar sus cosechas, ordeñar vacas, o ejecutar labores de mantenimiento de fincas. Para esto último es necesario una educación vocacional: corta, de bajo costo y que permita obtener las competencias laborales para ser productivo y competitivo el campo.

De los problemas más graves del país no es la baja tributación, sino la informalidad, el hambre, la corrupción, el derroche de dinero público, la pobreza y el desempleo, por eso las inversiones que realiza el gobierno en lo social y lo productivo, debe ser vigilado por los entes de control y la misma ciudadanía y de esta manera tengamos mayor impacto social y económico en la población de bajos ingresos y mayores necesidades.

Por ello es bienvenida la discusión de la reforma tributaria donde se reconsideren algunos puntos críticos:  las nuevas cargas tributarias a la exportación de gas, petróleo y que golpean a la colombianísima Ecopetrol, las tasas a los dividendos y a las zonas francas que desestimula la inversión generadora de empleo.

Como dice Mauricio Vargas en un reciente artículo en el Tiempo «El presupuesto del 2023 de $405 billones destina $78 billones al pago de deuda ($25 billones para la deuda externa). Si la devaluación llega al 30% o más es posible que ese pago de capital e intereses valga 8 a 10 billones de pesos adicionales. Ella es la mitad de lo que pueda recaudar la reforma en el 2023. Buena parte de lo que produzca la tributaria, se lo comería la devaluación generada por el gobierno Petro y el enorme esfuerzo para reunir esa plata se perderá.

Las condiciones internacionales vienen de mal en peor. Hay más turbulencia geopolítica (Rusia, China, Iran, Corea del Norte) acompañada de una recesión altamente probable tanto en Europa como en Estados Unidos hace prever un panorama poco alentador,

Soluciones para salir mejor librados: 

–  Fortalecer nuestro banco central, su independencia y las instituciones fiscales que han venido mejorando en solidez, por la credibilidad que le dan los mercados, funcionarios mejor formados y avances en tecnología.

–  Hay mucho menos espacio fiscal por el peso de la deuda pública generada por la pandemia.  Por ello es importante reducir el endeudamiento externo por la devaluación e inflación que traemos. Somos conscientes que usar la política fiscal como principal amortiguador anticrisis, no es la solución más adecuada.

–  Los altibajos de los mercados internacionales puede producir en nuestras economías remesones si no nos preparamos, de lo contrario la pagaremos en baja actividad económica, desempleo y bienestar.

–  Inquieta el papel del sector público o político de nuestras naciones por las razones ya explicadas.   La necesidad de contener el calentamiento global trae aparejada para América Latina la oportunidad de ser gran proveedor de energías limpias y abastecedores de alimento (seguridad alimentaria).

Como atender la crisis económica en lo micro

Inflación y Consumo: Es posible que se frene el financiamiento, que la inflación incremente los precios de productos y servicios, que el desempleo crezca y los salarios se estanquen. A continuación, algunas sugerencias para evitar los efectos nocivos en las finanzas personales:

1-  AHORRO:  Conservar una reserva económica para casos de recorte de personal o que el negocio pase por dificultades de ventas o liquidez.

2-  INVERSIÓN:  Recomendable que la reserva económica se invierta en forma diversificada con el objetivo de seguridad, liquidez y crecimiento en ahorros.

3-  CAPACITACIÓN:  El desempleo o recorte de personal lo obliga a reinvertirse profesionalmente y podrá fortalecer las competencias laborales a través de educación continua.

4-  ESTABILIDAD FINANCIERA: Es necesario mantenerse enterado de las noticias financieras sin que la crisis le genere stress o incertidumbre. No tomar riesgos innecesarios que pueda afectar sus finanzas personales.