Ecuador vive hoy la experiencia que tuvo Colombia hace varios meses y pareciera repetir sus pasos como si la protesta y la respuesta obedecieran a algún libreto seguido fielmente por sus actores.

De un lado, los indígenas agrupados en la CONFENIAE marchan por ciudades y pueblos y en su paso producen bloqueos de calles y avenidas mientras la policía intenta repelerlos con los mismos métodos y las mismas armas que toda Colombia pudo ver en vivo a través de las redes sociales durante las fuertes protestas del año 2021.

Por su parte, el gobierno acusa a los organizadores de la protesta de hacer terrorismo, abre investigaciones y empieza a encarcelar manifestantes.

¿Y las razones de la protesta? ¿Y el diálogo? ¿Y las soluciones? Todo lo importante queda en un segundo o un tercer plano. Como pasó en Colombia. La diferencia es que, en Ecuador, los indígenas tienen un poder muy fuerte y en el pasado ya han derrocado tres gobiernos. Experiencia que el gobierno de Lasso parece no conocer.

Habib Merheg Marún