Opinión: Kico Becerra

La conferencia de Naciones Unidas en Glasgow, sobre el cambio climático, fue otra gran cumbre de los países ricos, contaminantes del ambiente y, los pobres, que deben responsabilizarse de mantener la naturaleza intacta para que los dueños de las grandes industrias puedan continuar destrozando el planeta.

Este circo se repite cada vez con diferentes payasos pero, con el mismo libreto. China y USA, los grandes destructores del oxigeno terráqueo, van a estas reuniones para volver a decir que han incumplido con sus compromisos adquiridos en la reunión anterior y que ven con mucha preocupación que los otros también incumplan.

Iván Duque y Joe Biden se reúnen en la convención COP26, en Glasgow -  Gobierno - Política - ELTIEMPO.COM

Para mitigar su gran pecado contra el ecosistema anuncian dineros para que países tropicales como el nuestro, hagan alguito para evitar la hecatombe que ya empezó a verse y parece irreversible.

Algo es algo, dirán algunos. Y claro que es mejor que nada. Para Colombia es excelente que le donen unos millones de dólares para la reforestación y el cuido de los bosques amazónicos. Lo que es inaudito es que mientras nos donan dineros para pagar sus deudas de conciencia como grandes contaminadores, sigan solicitando permisos de gran minería devastadora de ríos y bosques. Esa doble moral es la que es inaceptable.

Principado de Escocia recibió al presidente Duque en Glasgow

Contento viene Duque con las donaciones para conservar y aumentar nuestros parques naturales, generadores de aire limpio para el globo terráqueo. Sin duda importante para el País. Lo que no se puede es decir que la reunión de Glagow fue un éxito en la lucha contra la contaminación, cuando realmente fue otra burla más de los países destructores del medio ambiente, en donde volvieron aplazar sus compromisos adquiridos desde los acuerdos de Río de Janeiro.

La humanidad está empeñada en destruir su entorno y sin duda lo está haciendo muy bien. Basta que miremos para el cielo.

Ñapa: buena terna presentó el Consejo de Estado para reemplazar al Magistrado Rojas de la Corte Constitucional. Eminentes y doctos juristas escogió. De paso se acabó con el sambenito de que el gobierno iba a imponer su candidato.