Felipe Muñoz, es responsable de la gestión de uno de los territorios más problemáticos del mundo. Como gerente para la frontera con Venezuela del Gobierno colombiano de Iván Duque, es el encargado de atender una emergencia migratoria sin precedentes en la región. Con más de 1,4 millones, Colombia es el principal receptor de migrantes que huyen de una devastadora crisis económica e institucional. Muñoz visitó esta semana Madrid dentro de su gira por Europa, con paradas en Ginebra, Ámsterdam y Londres.
El último reporte de ACNUR y de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) marca 4.298.000 venezolanos, casi el 14% de su población, que han emigrado en los últimos tres años. Eso, hoy por hoy, después de la crisis siria, convierte la migración de Venezuela en la segunda no solo más numerosa sino más compleja. Porque además del volumen, ha sido muy rápida. La situación en que está saliendo la gente de Venezuela hace que los países estén recibiendo una población con inmensas necesidades de salud, de educación, con todas las carencias, por lo cual es un reto humanitario de nivel global.
Colombia recibe, el 33% de todos los migrantes. Uno de cada tres venezolanos que hoy está saliendo se queda en Colombia. A eso se suma que tenemos una migración de tránsito de los que cruzan para intentar seguir hacia los otros países de la región, a los retornados colombianos que vivían en Venezuela y a los migrantes pendulares que se mueven en la frontera, vienen a demandar servicios de salud y vuelven porque viven en Venezuela y no se han podido mover. Es decir, Colombia hoy no solo es el mayor receptor de la migración sino que está bajo una gran presión en todos sus servicios sociales para poder atender con la política de puertas abiertas que ha dictado el presidente Duque.
Colombia cambió para siempre después de este fenómeno migratorio. Hace cinco años, decía Migración Colombia que había 140.000 extranjeros en su totalidad. Hoy hay 10 veces más solamente en venezolanos. Eso ha cambiado toda la estructura de Colombia. Pero son pueblos muy similares, hay unas identidades lingüísticas, culturales, lazos familiares que creemos que en medio de la tragedia nos deben ayudar a hacer un proceso más fácil de integración. Por eso pedimos ayuda de la comunidad internacional.
No fue el Gobierno colombiano quien los invitó a Colombia. Tomaron la decisión de venir y desde ese momento hicimos tres tareas. Ellos hicieron solicitud de refugio y el Gobierno de Colombia los tuvo en unos hoteles, pagados con recursos nuestros, con tres comidas diarias. Entendiendo que eso no era suficiente, decidimos darles un Permiso Especial de Permanencia (PEP), tres meses de ayuda, un apoyo para un arriendo, unos insumos básicos y unos víveres. Estamos en esta etapa, ya se les pagó la primera cuota a los que estaban en Cúcuta. Ellos están en contacto con su embajada acá, con el embajador Calderón Berti . Es desafortunado lo que les pasó, entendemos su situación, pero como Gobierno nos sentimos tranquilos.
Director: Habib Merheg Marún