Héroe y villano. Sepulturero y redentor. Genio e ignorante. Los calificativos hacia Mijail Gorvachov, fallecido ayer en Moscú, suelen ser tan extremos como lo fueron en su momento las decisiones que tomó al frente de la extinta URSS y que provocaron el cambio geopolítico más importante del siglo pasado tan solo comprado con los que generó la segunda guerra mundial.

La diferencia es que Gorvachov lo hizo sin disparar un solo tiro.

Fue el máximo dirigente del bloque soviético y como secretario general del partido, asumió el poder en 1985 y lanzó la llamada Perestroika (reforma política), seguida de la Glasnot (transparencia informativa), con las cuales sentó las bases de un cambio profundo en lo que se conocía como el bloque soviético.

Al renunciar a la “soberanía limitada” respecto a los países que conformaban el Pacto de Varsovia, estimuló un proceso revolucionario cuyo evento mas representativo fue el derrumbe del Muro de Berlín que dio paso a la reunificación alemana y a la caída de varios gobiernos comunistas.

Aunque mantuvo serias diferencias con el actual presidente de Rusia, Vladimir Putin, para quien la desaparición de la URSS es “la mayor catástrofe geopolítica” del siglo pasado, el actual mandatario ruso no ahorró elogios al escribir sobre el Premio Nobel de Paz fallecido ayer:

“Guio a nuestro país a través de un periodo de cambios complejos y dramáticos, y de grandes desafíos de política exterior, económicos y sociales”, escribió Putin.

Habib Merheg Marún