En el cuarto día del Paro Nacional, un grupo de manifestantes derribó la estatua de Antonio Nariño en la plaza principal de Pasto, como un acto simbólico de rechazo ante aquellos monumentos históricos que gran parte de la ciudadanía no está a favor.
La comunidad Misak dio inicio a esta práctica de tumbar monumentos como el de Sebastián de Belálcazar, a quien consideran que fue un asesino y un violador de la época de la conquista. Los Misak piden que conjuntamente con la sociedad, se debe contemplar una acuerdo general sobre los símbolos que representan a todos los colombianos.
Aunque no es un tema incluido en el Paro Nacional, si es cierto que en cada oportunidad que pueden los manifestantes, bajan los monumentos que consideran no aptos para las nuevas generaciones.