A sus 16 años, Fredy Guarín se dio a conocer por su pegada fuerte y su manera hábil de moverse en el campo de juego, lo que lo llevó a Argentina a jugar con Boca Junior cuando apenas llegaba a los 19 años. Poco tiempo después fue comprado por el equipo europeo Saint Etienne en donde confirmó su notable estilo y lo llevó a la fama. Hasta ahí todo marchaba bien. Llevaba un matrimonio feliz con la influencer venezolana Andreina Fiallo, con quien tiene dos hijos.
Fue entonces cuando El Diablo en forma de mujer se le presentó al jugador y en cuestión de días, ya estaba involucrado en un romance secreto, que fácilmente fue expuesto por la prensa con fotos de Fredy Guarín y la hermosa Sara Uribe, exprotagonista de novela.
El escándalo llenó titulares en los principales medios, pero su esposa Adreina supo perdonarlo y regresar con él, pero ya la racha de Fredy estaba tirada y vendrían más dolores de cabeza para el jugador.
No pasó mucho para que oficializaran en el 2017 la ruptura definitiva. Guarín se mudó a China, prefirió una fortuna de dinero con el que aseguró su futuro que seguir en la elite del fútbol mundial defendiendo los colores de un equipo tan importante como el Inter de Millan. No se fue solo, lo acompañó Sara Uribe lo que desató una oleada de críticas convirtiéndose en la pareja más polémica de la farándula colombiana. En los medios ya no se hablaba de la exitosa carrera de Guarín sino de su infidelidad.
Sara Uribe tiene un hijo de Fredy y ya el pleito de la venezolana pasó a ligas mayores con demandas que sólo se han resuelto con acuerdos económicos en la corte.
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Hace una semana, se dio a conocer otro nuevo escándalo por parte de Fredy, quien sostuvo una agresiva discusión con parte de la familia materna, en la cual la policía tuvo que intervenir, llevando al jugar a la comisaría a responder por sus actos violentos.
Fredy parece estar pasando por la crisis más dura de su vida y sus seguidores se preocupan de su estado mental y su disposición para seguir pegándole a la redonda.
