El congreso mantiene sus puertas cerradas mientras se evalúa la forma más adecuada de dar inicio a las actividades propias del estamento, sin poner en riesgo de contagio a los Honorables Congresistas. Para algunos esta medida preventiva, es sólo una excusa del mandatario para evitar la apertura de temas frágiles en el congreso, relacionados con la Ñeñe-Política y el tan mencionado caso del Embajador colombiano en Uruguay, Fernando Sanclemente.
Por otro lado los líderes de la oposición, andan impacientes esperando la terminación del confinamiento para decretar el Paro Nacional y exigir la renuncia de Duque. Recordemos que son varios los gremios que tienen programados sus actividades de protesta, incluyendo a los taxistas, los estudiantes y las centrales obreras.
Cómo si ya no tuviera suficiente, la famosa maquina que realiza las pruebas de coronavirus se averió y esperan que lleguen los repuestos de Alemania para reactivar su uso y poder ofrecer cifras de infectados, que por cierto, han sido objeto de crítica por parte de los expertos, que consideran que el número de pruebas realizadas, no son determinantes con el groso de la población.
A todo esto, toca sumarle, que los auxilios del gobierno para tres millones de familias en territorio colombiano, han sido duramente criticados por el monto de los mismos. Según los analistas de la economía, $160 mil pesos no representan una ayuda real a los más necesitados, en especial por estos días cuando los precios de la canasta familiar, se dispararon sin la previa autorización del gobierno.
La cereza del pastel de desgracias para Duque, es el Hacker de la Fiscalía, que aprovechando que todos deben estar en casa, aumenta considerablemente el número de reproducciones de sus vídeos, en donde de manera frontal y sin tapujos, asegura que el senador y expresidente Álvaro Uribe Vélez, es un capo del narcotráfico con serios nexos con el cartel de Sinaloa, en control del Chapo Guzmán. Sobre esta versión, ni siquiera el Fiscal General de la Nación se ha pronunciado, es como si no pasara, como si no existieran esas acusaciones que, acorde a los dicho por el Hacker, las evidencias están en manos de la DEA y en cualquier momento generarían una orden de captura contra el líder del Centro Democrático.
Ante todos estos motivos de desorden y clamor del pueblo colombiano en busca de soluciones y verdad, los días del presidente Duque parecen interminables, se nota en su rostro el agotamiento y la impotencia de poder cambiar los destinos de la nación.
Las declaraciones del exgeneral venezolano Cliver Alcalá, sobre un complot gestado en territorio colombiano para derrocar al presidente Maduro, enciende la hoguera entre los dirigentes políticos del país, que no entienden las intenciones de Duque, para querer participar de un evento que podría generar una guerra absurda con el vecino país. Aseguran los opositores que, Colombia ya tiene suficientes problemas con este virus y la situación política interna, para pensar en apoyar un golpe de estado en Venezuela.
El panorama de Duque es incierto, su popularidad por estos días debe haber bajado muchos puntos y se nota claramente que está agotado, acorralado por los problemas y prácticamente sólo.
Director: Habib Merheg Marún
