Llegó a Estados Unidos con siete meses de embarazo y sin hablar inglés. Después de muchos fracasos, acaba de recibir el diploma de una de las mejores universidades del mundo.
Tuvo la oportunidad de ser aceptada en Harvard y sin temor, tomó la decisión de ir a buscar su destino, a pesar que sus amigas y familiares pronosticaban que su esposo la dejaría producto de la lejanía.
Tenía 7 meses de embarazo y así asistía a las clases de inglés, porque tampoco hablaba el idioma y sí quería conquistar su sueño, debería halar bien el idioma.
Tal cual lo predijeron sus amigas y familiares, su esposo la dejó apenas unos meses después de su viaje, pero esto no la detuvo, gestionó su divorcio desde allá y siguió adelante con su sueño.
“Viajé con mi hija mayor, y además tenía siete meses de embarazo. Fue muy difícil, porque algunos lugares en donde enseñan inglés sin ningún costo no me recibían en mi estado. Incluso, cuando nació mi bebé, tampoco me dejaban ingresar porque no era permitido”, cuenta.
Cuando asistía a las clases de inglés en iglesias y centros comunitarios conoció a una mujer que, a pesar de tener un doctorado y una maestría, tampoco sabía inglés. Ella le insistió que aplicara a otra universidad, y lo hizo. “Busqué otra beca, pero esta vez en Colfuturo. Uno de los requisitos era aplicar a las 500 mejores universidades del mundo según el ranking de Shanghái, y la Universidad de Harvard aparecía como la número uno. Me inscribí a finales de 2016 y no le conté a nadie, porque sabía que no sería aceptada”.
“El hecho de que yo sea en este momento la única chocoana graduada de Harvard, tiene que decirnos algo. Nosotros tenemos en el país un racismo estructural e institucionalizado, y eso hace que las oportunidades se concentren en el centro y no en regiones como el Pacífico. Los jóvenes negros estamos encasillados en un estereotipo que nos marca en cada paso que damos, entonces ver a una mujer negra, joven, con dos hijos en un espacio en el que no se espera, aún sorprende”, explica.
Director: Habib Merheg Marún