Se veía venir el espaldarazo de la Corte Constitucional al Uribismo, al aprobar el derecho a la segunda instancia para Andrés Felipe Arias. Dejando claro ante todo el país, que cuando Álvaro Uribe Vélez se propone algo, por más complejo que sea, logra permear todos los círculos de la justicia en Colombia y salir avante en sus pretensiones. Una demostración más, que su poder en el gobierno y las cortes sigue intacto.
Logrado su primer objetivo, ahora viene el desenlace, en donde se tratará de demostrar la inocencia y persecución política que ha vivido el ex ministro, algo que ya debe estar listo a demostrar sus abogados para lograr la liberación de Uribito.
Pero ahí no para el asunto, la decisión de la Corte Constitucional abre la Caja de Pandora que permite a todos los que juzgados entre el 2014 y 2018 pueden acceder al mismo beneficio de una segunda instancia.
Los corruptos que hoy pagan penas, podrán presentar apelación a sus penas y someterse a la segunda instancia, lo cual significa que más de 200 de ellos acusados y sentenciados por corrupción, puedan quedar libres.
Claramente este es un golpe en las partes íntimas de la justicia colombiana, que con gran esfuerzo logró poner en prisión a sólo unos cuantos corruptos.
Queda claro que sin importar
la indignación de la sociedad,
las cortes simplemente hacen
lo que les entra en gana …
Es tan importante esta decisión, que la Corte Suprema de Justicia, responsabilizó a la Constitucional “del impacto de las insospechadas consecuencias para Estado de derecho de esta decisión particular”.
Así las cosas, la Sala de Casación Penal de la CSJ deberá proceder con la impugnación con una sala conformada por magistrados que no se hayan pronunciado antes sobre este caso, por lo que aquellos que lo condenaron no podrán conocer de este recurso.
“El tutelante no recobrará la libertad con ocasión de esta decisión, pues la impugnación será devolutiva, lo que quiere decir que la sentencia condenatoria seguirá surtiendo sus efectos hasta tanto se resuelva la impugnación que él proponga”, anotó el magistrado Rojas.
¿En dónde queda la credibilidad
de las Cortes en Colombia?
En definitiva, las Cortes, tanto la Constitucional, como la Suprema, gozan de la peor fama jamás en la historia de Colombia y lo peor, es que poco o nada les importa, es prácticamente lo más cercano que podemos estar al inicio de una dictadura propiciada desde el Uribismo y con todo el poder político que representan sus alianzas con otros partidos como Cambio Radical.
Director: Habib Merheg Marún
