De categoría 5, con vientos de 295 km/h, Dorian tocó tierra al mediodía en el cayo Elbow de las islas Ábaco, en el noroeste de las Bahamas.
El Servicio Nacional de Meteorología de Estados Unidos lo catalogó como el segundo ciclón más poderoso registrado en la cuenca del Atlántico, y las imágenes publicadas en las redes sociales mostraban gran destrucción.
Hay informes de que partes de las islas Ábaco están bajo agua y los meteorólogos del NHC advirtieron que enfrentaban mareas de 5 a 7 metros y rachas de más de 350 km/hora.
Un vídeo en el sitio web del diario de las islas Tribune 242 muestra que el agua llega a los techos de las casas de madera en lo que parece ser un pueblo costero mientras botes volcados flotan entre escombros.
Imágenes tomadas en Cooper’s Town, en las Ábaco, obtenidas por la AFP, muestran enormes olas rompiendo con extrema violencia.
Una pared del ojo del huracán se encontraba en la noche del domingo en el este de Gran Bahama. El NHC dijo en su boletín de las 02H00 GMT que la situación en la isla implicaba una amenaza para la vida y que las cosas se pondrían peor. «No dejen sus refugios mientras pasa el ojo, pues los vientos aumentarán rápidamente al otro lado del ojo», indicó el NHC.
«Nos enfrentamos a un huracán como no habíamos visto nunca en la historia de las Bahamas», declaró el primer ministro Hubert Minnis, quien rompió a llorar en la conferencia de prensa. «Probablemente sea el día más triste de mi vida», agregó.
Tras días de incertidumbre en torno a la trayectoria de Dorian, los estados del sureste de Estados Unidos -Florida, Georgia y Carolina del Sur- finalmente ordenaron la evacuación de los residentes en la costa, en un éxodo masivo que afecta a cientos de miles de personas.
El NHC dijo que la tormenta pasará «peligrosamente cerca» de la costa de Florida en la noche del lunes y la madrugada del martes.
Florida emitió sus primeras órdenes de evacuación obligatoria para Palm Beach y el condado de Martin.
Director: Habib Merheg Marún