Opinión: Kico Becerra

Atónitos, lelos, trémulos y atortolados quedamos después de este día de protesta nacional, donde sacamos todo lo malo que tenemos como sociedad y de lo bueno que tenemos como pueblo.

Bárbaros asaltantes, iconoclastas, feroces destructores que, como bestias; por un lado, arremetían contra todo lo que encontraban a su paso y, por el otro, ciudadanos que devolvían lo robado por estos desadaptados.

Caníbales, sedientos de sangre, disfrutando íntimamente con este caos, desde sus celulares, transmitían cuanta imagen que produjera terror y agregaban comentarios que enardecían más a los receptores de los mismos; ignorantes que no se dan cuenta que, de esa forma, aumentan el impacto del terrorismo que dicen repudiar. A veces, el terrocelular es peor que el terrorismo real.

Lo positivo, fue la demostración de que hay un gran descontento que nadie puede negar y, que, la mayoría rechaza el vandalismo. Lo negativo, la actitud irresponsable de algunos alcaldes que indirectamente apoyaron a los iconoclastas, justificando sus acciones, basadas en supuestas reivindicaciones ancestrales.

Lo increíble, la falta de tino de altos funcionarios del gobierno que, inclusive hoy, en plena hoguera, seguían defendiendo la reforma tributaria; definitivamente, estamos frente a un gobierno desconectado de la realidad nacional.

Las extremas ganaron; la izquierda porque se adjudica la importante movilización de protesta nacional; la derecha porque logró que la nación viera el peligro del vandalismo y el terror que traería la toma del poder por parte de quienes fomentan y organizan estos desmanes.

Naturalmente, la gran perdedora fue la salud pública, que vio cómo se desconocieron todas las medidas para evitar otro gran pico de la pandemia. Las multitudes son el gran foco contaminante y, de seguro, en pocos días veremos sus consecuencias.

Ojalá el gobierno y el partido de gobierno hayan entendido el mensaje de que hay desesperación y descontento generalizado y, que deben desistir de imponer reformas en contravía del querer popular; de continuar obcecado con su política antipopular, terminará perdiendo totalmente el control de la seguridad nacional.

Hoy vimos nuevamente cómo los medios de comunicación fueron superados por las redes sociales y que ya no tienen el poder de manipular las realidades sociales. Fue vergonzoso observar cómo unos medios se dedicaron solo a sacar el vandalismo, tratando de esconder la magnitud de la protesta.

Ñapa: Fuimos notificados por un gobernador indígena que, la siguiente estatua que destruirán será la de Cristo Rey; la razón es que hace 500 años, por su culpa, a sangre y fuego, impusieron su religión. Me imagino que el alcalde también estará de acuerdo por ser una legítima reclamación ancestral y, se hará nuevamente el pendejo, para que se pueda hacer esa demolición, como se hizo con la de Don Sebas.

Ñaputa: El caballero del campo Jimmy Mejía sigue secuestrado; exigimos su liberación.