Abogados representantes de algunos comparecientes de las extintas Farc recusaron a la magistrada Lily Rueda por considerar que no era imparcial dentro del proceso que maneja (violencia sexual de miembros del grupo armado), a lo cual la Sección de Apelación de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), respondió rechazando la solicitud.
Los abogados alegaban, entre otras cosas, que la imparcialidad de la magistrada quedaba en entredicho por haberse “abrazado” con algunas de las víctimas. Sobre ese asunto, la Sala argumentó a los abogados demandantes que la acción de abrazarse con las víctimas “es una muestra de una administración de justicia que pasa de los estrados judiciales a dialogar directamente con las víctimas, sin que ello comporte un sesgo en contra de los comparecientes”.