Al menos mil personas han sido enterradas la última semana en Manaos, en la Amazonia brasileña, colapsada por la covid. Allí los muertos empiezan a crecer en los hogares, mientras las familias hacen fila para conseguir un certificado que permita darles sepultura.
Para ayudar a sobrellevar la situación, un equipo de técnicos en necrología y patología visitan diariamente en cualquier punto de la ciudad los hogares donde se han registrado muertes por síntomas de covid para agilizar el certificado de defunción.
Por ejemplo, el pasado viernes, Manaos registró un nuevo récord de 213 entierros, al menos 8,9 cada hora, de los cuales 102 fallecieron por la covid, un virus que tiene atiborrados los hospitales, a los pacientes muriendo por falta de oxígeno y a los profesionales de la salud dedicados en cuerpo y alma a salvar vidas. Los demás fallecieron por otras patologías, que no fueron precisadas.
El viernes, cuando el mundo llegó a los 2 millones de muertes por la covid, un video del diario Folha de Sao Paulo dejaba ver cómo el personal sanitario corría a descargar un camión que traía tanques de oxígeno para los pacientes.
Desde la tarde del viernes y hasta este sábado familias con pacientes en casa permanecieron en fila, frente a una empresa privada de suministro de oxígeno, a la espera de un tanque que permitiera alargar la vida de su familiar.
La situación ha disparado las muertes en los hogares de Manaos y solo esta semana el número de fallecidos por sospecha de covid en sus casas aumentó 130 %.
«Esta semana hubo un aumento de óbitos en los domicilios. Lo que se hacía en todo un mes, ahora se hace en una semana», aseguró a Efe Arlindo França, director del Centro de Emisión de Certificados de Defunción (Cedo) de la Secretaría Municipal de Salud.
Aunque las muertes se registran en toda la ciudad, buena parte de los casos se da en las familias de escasos recursos, que viven en condiciones precarias y que solo cuentan con el sistema de salud pública, al que no pueden acceder por la crisis.
La situación se complica en las noches donde, según França, ocurre el mayor número de fallecimientos, especialmente en las primeras horas de la madrugada.
«Nuestro servicio solo funciona de 08:00 a.m. a 6:00 p.m., y por el colapso, las funerarias ya no están recogiendo a domicilio los cuerpos para gestionar en los hospitales el certificado de defunción», explicó França.
A la víspera, en un lapso de 10 horas fueron atendidas 23 familias por el equipo, que con la expedición del documento pudieron enterrar a sus muertos.
Los técnicos, usando máscaras y manteniendo las distancias exigidas para prevenir el contagio, corroboraron con las familias los datos de las víctimas y los síntomas que registraban antes de morir. También verificaron que los cuerpos no tuvieran signos vitales y tomaron las muestras para realizar las pruebas que confirmarán posteriormente si murieron o no por la covid.
Al término de las pericias, los técnicos entregaron el certificado y los muertos permanecieron en las casas a espera de ser recogidos, servicio que solo prestan si las familias tienen el certificado y únicamente en horas del día, ya que por el colapso, a partir de las 19:00, la ciudad entra en toque de queda por once horas.
De acuerdo con los datos del Ministerio, 13 Estados de Brasil registraron un incremento en las muertes, entre los cuales está Amazonas, que se encuentra en el pico más alto de la pandemia y donde su capital Manaos está en colapso con los hospitales abarrotados y sin oxígeno para pacientes.
En la ciudad aumentó el número de muertes en las casas, por la falta de asistencia especializada y las filas para obtener un tanque de oxígeno para atender a sus familiares enfermos se mantenía este domingo.
Varios Estados del país han enviado oxígeno a Amazonas, con apoyo del Gobierno Nacional, para ayudar a enfrentar la carencia y hasta la vecina Venezuela informó que un camión con tanques de oxígeno ya había salido hacia Brasil.
Esta es la segunda crisis que enfrenta Amazonas durante la pandemia, tras la sufrida en marzo de 2020.
Otra región que está al borde del colapso por el virus es Mato Grosso, en el centro oeste del país, donde los hospitales están prácticamente copados y los contagios no han bajado de mil por día.
Director: Habib Merheg Marún