A Mohamed Bin Zayed, príncipe heredero del trono de Abu Dhabi, el emirato más rico y poderoso de los 7 en el sistema federal de dicho país, es el presidente y fundadores de Mubadala, no le sacan de la cabeza sus deseos de extraer el oro de Santurbán y está dispuesto a mover, cambiar, modificar o hacer lo que sea pertinente para que su empresa Minesa en Colombia se gane esa licitación.
Adquirieron los derechos sobre la gran mina de cielo abierto en 2015 con la expectativa de lograr sacarle al páramo las 9 millones de onzas de oro que se calcula reposan en su subsuelo.
Un sueño hasta ahora frustrado por la ANLA que no le ha otorgado la licencia por el daño ambiental que esta representa sobre las aguas y la riqueza vegetal del páramo, un ecosistema único en el mundo.
¿Y el acuerdo del Medio Ambiente?
Para lograr su propósito, el gobierno de Abu Dhabi se ha movido duro con plata y con presión política. No dudaron en recibir con oropeles al Presidente Santos y hace una semana a Iván Duque, generosas atenciones atadas a una calculada agenda.
«Lo que tiene Emiratos Árabes se mide en trillones de dólares», afirmó el expresidente Santos en su primera visita oficial a Abu Dhabi en el 2017, descrestado después de atender la invitación en el Palacio real de dos emiratos. Regresó con cerca de mil millones de dólares que serían girados desde las oficinas de la casa matriz de la Mubadala, la propietaria de Minesa para invertir en proyectos sociales en la zona de influencia de Santurban donde las comunidades han mantenido permanentes actividades de rechazo a la explotación. Luego llegarían USD 45 millones en donaciones para apoyar el proceso de paz del gobierno Santos con las FARC.
¿A dónde fueron esos US 1.000 millones?
El gobierno de Colombia ha visto desde entonces con muy buenos ojos la llegada de los poderosos árabes al país. Santos no dudó en hacerle un primer guiño con el voto para que los Emiratos Árabes Unidos fueran la sede de la World Expo 2020. La reciprocidad no se hizo esperar. El 9 y 10 de Febrero del 2016 el príncipe Abdullah bin Zayed, hermano del príncipe heredero de Abu Dhabi y presidente de Mubadala, aterrizó por primera vez en Bogotá.
Los árabes llegaron con una nueva carta dirigida a los críticos ambientalistas, defensores de la zona que ya habían hecho fracasar el intento de la canadiense Gray Star –Eco Oro- de obtener la luz verde de explotar el proyecto Soto Norte, donde está ubicado Santurban.
Según los datos de la empresa, su objetivo es crear una mina subterránea “prácticamente libre de afectaciones ambientales” y que en su fase de construcción invertiría $1 millón de dólares por día y una proyección cercana a los $100 millones de dólares en impuestos y regalías por cada año de vida del proyecto. Pero ninguna de sus propuestas convenció a los bumangueses. Y aunque la ANLA negó la licencia ambiental a Minesa, el conglomerado árabe, sigue insistiendo frente a la entidad para reunir los respectivos permisos. De hecho, para quienes conocen el alcance del conglomerado Mubadala, conseguirlos es sólo cuestión de tiempo.