La muerte de Kim Jong-il, el Querido Líder de la férrea dictadura comunista de Corea del Norte, ha abierto este lunes un periodo de incertidumbre en el este de Asia que ha colocado a sus vecinos en estado de alerta y a la comunidad internacional expectante ante el nuevo liderazgo en el país más opaco y aislado del mundo. Kim Jong-il convirtió al pequeño país surgido de la partición de Corea en la guerra de los años cincuenta en una amenaza nuclear regional, con un arsenal desconocido que ahora queda en manos de su hijo, Kim Jong-un, y que mantiene en alerta permanente, con recurrentes erupciones de violencia, a vecinos como Corea del Sur o Japón.
El líder de la dictadura comunista de Corea del Norte falleció el sábado pasado de un ataque al corazón, según anunció este lunes de madrugada la televisión nacional KCTV. Tenía 69 años. Kim sufrió una apoplejía en 2008, que le dejó con secuelas en sus brazos y pierna izquierdos. También padecía diabetes. La Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA) ha dicho que el líder “falleció debido a una gran tensión mental y física” a las 08.30 del sábado (ocho horas menos en la España peninsular), mientras se encontraba en un tren en uno de sus viajes de inspección por el país. KCNA ha urgido al pueblo a apoyar a su hijo y previsto heredero, Kim Jong-un.
“Todos los miembros del partido, personal del Ejército y público deben seguir fielmente el liderazgo del camarada Kim Jong-un y proteger y reforzar aún más el frente unificado del partido, el ejército y el público”, ha dicho un emocionado presentador vestido de negro en la televisión nacional.
Según anunció un Comité Funerario Nacional, presidido por el sucesor, las autoridades han declarado luto nacional del 17 al 29 de diciembre. Los restos de Kim Jong-il serán expuestos en el Palacio Kumsusan, donde se recibirán las condolencias de los ciudadanos. Una ceremonia solemne de despedida se celebrará el día 28 y el 29 habrá un funeral nacional. Todas las administraciones, instituciones y empresas del país deberán realizar servicios de recuerdo al líder. No serán admitidas delegaciones extranjeras de condolencias.
Corea del Sur, que técnicamente continúa en guerra con el Norte, ya que la guerra de Corea (1950-1953) finalizó con un armisticio que nunca se convirtió en tratado de paz, ha puesto su Ejército en estado de “alerta alta” y ha convocado una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad Nacional.
Medios surcoreanos informaron hoy de que el vecino del Norte ha realizado pruebas este mismo lunes con misiles de corto alcance en su costa Este. Un cargo anónimo citado por la agencia Yonhap dijo que no creía que las pruebas estén relacionadas con el anuncio de la muerte del líder.
La muerte del dictador norcoreano, que ha utilizado reiteradamente la amenaza nuclear hacia sus vecinos, ha elevado la tensión en toda la zona con reacciones entre la prudencia y el temor. Solo China expresó sus «profundas condolencias», destacó que fue un «buen amigo» de China y aseguró que Pekín continuará apoyando a Pyongyang para «salvaguardar la paz y la estabilidad» en la región.
Kim Jong-il, venerado y temido dentro de su país y vilipendiado fuera de él, heredó el poder de su padre, Kim Il-sung –fundador de Corea del Norte, bajo el principio de la autosuficiencia (juche)-, en 1994; para entonces, llevaba 20 años preparándose para heredar el trono de la dinastía comunista.
Director: Habib Merheg Marún