Opinión: Kico Becerra
De las cosas que nunca he podido entender es quién hace las normas del tránsito.
Hay algunas tan absurdas que, parece que se hacen solo para sacarle la piedra a los ciudadanos e incrementar la corrupción.
No entiendo cómo fijan el criterio del máximo de velocidad en carretera. Según los magos del tránsito, es lo mismo una tractomula cargada, a 80 Kms/hora que, un carro pequeño a esa misma velocidad. Basta haber tomado la más elemental clase de física, para saber la gran diferencia entre el frenazo de una mole que pesa 40 toneladas y un carro, de máximo 2 toneladas, a la misma velocidad.
Sin embargo, no ha habido poder humano para que se normatice que, la velocidad máxima de los vehículos grandes de pasajeros y carga debe ser diferente a la de un pequeño vehículo. Por ejemplo, si la máxima de un camión es 80 Kms. por hora, la de un vehículo pequeño debe ser de 100.
Inentendible que el costo de los impuestos, el SOAT y la revisión técnica de una moto cuesten anualmente casi un millón de pesos, sabiendo que hay motos que valen 5 millones. Es decir, con el valor que se deje de pagar durante 5 años, se pude comprar una nueva. ¿Será por esto que en los patios del tránsito no saben qué hacer con las motos retenidas, por no tener papeles al día?
¿Tiene alguna lógica que, en una carretera, en menos de 100 metros haya dos y hasta tres letreros con diferentes máximos de velocidad?
Y una pregunta que me enardece, no más de recordarla ¿Por qué no hay en las vías de dos calzadas nunca un policía de carreteras multando a los tarados conductores que, a 30 Kms. de velocidad se apoderan del lado izquierdo de la vía, para no dejar pasar?
¿Quién expide las licencias de conducir a los conductores que no saben que, el lado izquierdo es para dejar pasar a los que vienen con más velocidad?
¿Es lógico que un extinguidor vencido tenga casi la misma multa que ir sin licencia o sin SOAT?
Ni hablar de la ciudad que anuló el amarillo en los semáforos y lo cambió por verde intermitente, para ser única, con esa brillante idea, (para quienes no habitan en esa «singular ciudad sin amarillo, les doy una pista: le dicen la Sultana).
Ñapa: Alguno de ustedes ha querido ser guarda de tránsito, para ponerle la máxima multa y quitarle la licencia para siempre, a los que se aparcan en las vías arterías, para bajarse a comprar algo o a conversar con un amigo?
¡Que pregunta tan chimba!
Director: Habib Merheg Marún
