Mientras el detenido publica un trino anunciando que lamenta su orden de detención sobretodo por su familia, desde las tribunas de cada bando bombardean con mensajes que van desde la descalificación personal hasta convocatorias a tomar las armas.
La noche del día en que se ordenó la reclusión de Álvaro Uribe Vélez por parte de la Corte Suprema de Justicia, se hizo viral un video en el que aparecen simpatizantes y opositores del senador enfrentados en una calle bogotana. Hay un momento en que uno de los participantes regresa hacia una camioneta y pide a alguien que está cerca del carro “páseme la pistola”.
Los días siguientes han abundado todo tipo de memes venenosos en los cuales se pone a Uribe a la par de los mas temibles asesinos de la historia.
Un par de senadoras del partido del ex presidente se lucieron con sendos pronunciamientos en que una llamaba a la “reserva activa” y la otra –después de comprometer a su jefe con el pago a testigos-, citaba una asamblea constituyente.
Como esos, hay cientos de
ejemplos de las pasiones
absurdas que se despiertan
en los colombianos ante
una noticia que no les gusta,
o que les gusta demasiado
y agrandan su significado.
El hecho es que, mas allá de las preferencias políticas, lo que hubo fue una orden de detención dictada por la Corte Suprema de Justicia. Y punto. Lo que nos ha mantenido con cierto grado de civilidad, con cierto respeto por el estado de derecho y lo que ha mantenido con vida nuestra democracia, es el respeto a las instituciones y muy especialmente a la justicia. Que se equivoca a veces, sí. Que es lenta, también. Que parece selectiva, en algunos casos. Pero así y todo, si no respetamos sus mandatos, el caos será inevitable.
Convendría sí, que el jefe máximo del Centro Democrático llamara al juicio y a la calma a sus seguidores sobretodo a los mas fanáticos que se expresan en redes como si fueran Rambo y difunden videos que rayan en el código penal.
Lo que sigue es esperar la investigación de la Corte. Con calma. Sin pasiones. Y menos cuando son tan absurdas como muchas que vimos en estos días.
Director: Habib Merheg Marún
