En los últimos discursos de Nicolás Maduro, el mandatario venezolano, consciente que tiene en su poder a Aída Merlano, decide proponer un espacio de diálogo entre su gobierno y su homólogo en Colombia, Iván Duque.
¿Por qué si tiene cómo comprometer
al Estado colombiano, Maduro insiste
en abrir un puente de diálogo?
¿Qué hay detrás de la propuesta?
Hemos aprendido a conocer a Nicolás Maduro a través de sus locuciones fuera de tono, sus gritos desmandados y su teatro político que logra impactar a su seguidores, pero en esta ocasión las cosas se ven distintas, ha mantenido la calma, se ve relajado, como disfrutando del tesoro que tiene en su poder.
Es muy posible, que todo este plan del Puente de Comunicación, no sea más que una estrategia muy bien concebida para dar un golpe mediático a nivel internacional y quedar ante la opinión como el héroe que desenmascaró la corrupción política en Colombia.
Ahora, imaginemos este escenario: Alejandro Char sentado en compañía de Germán Vargas Lleras, Álvaro Uribe y por supuesto a Iván Duque mirándose las caras y discutiendo el plan de defensa una vez Maduro ataque.
Sí Aída Merlano habla ¿Cuál podría ser
el plan de defensa del Estado para
proteger a la Casa Char?
La primera teoría que surge, es que usarán todos los recursos y argumentos necesarios para desacreditar el testimonio de Merlano, dirán que está actuando presionada por Maduro. El Centro Democrático usará la misma estrategia que se uso cuando los paramilitares acusaron a Uribe de ser su líder, dirán que los criminales sólo buscan inventar mentiras para desacreditar su imagen. Dirán lo que sea necesario para desvirtuar las palabras de Merlano y para ello, buscarán ayuda del partido Conservador, quién podría aseverar que Merlano ha hecho o dicho mentiras en el pasado y acciones ilegales como la compra de votos y que todo eso fue planeado directamente por ella. Se encargarán de convertirla en un monstruo al cual no se le debe creer nada de lo que afirma.
Por otra parte, en esa reunión, alguien sonriendo intentará tranquilizar a Uribe, Vargas y Char, recordándoles que este es un pueblo sin memoria y que dentro de dos años, para tiempos de elecciones presidenciales, el país entero no recordará este incidente de poca monta, que ya estará guardado en la memoria de los medios de comunicación.
Maduro tiene un plan y la clase política corrupta de este país se come las uñas intentando saber cuál es y qué consecuencias tendrá.
Maduro mantiene la calma, asecha en silencio y observa con curiosidad, esperando que Uribe mueva su peón, para dar el jaque.
Mauricio Marulanda
Director: Habib Merheg Marún