POR TINIEBLO
¿Qué está pasando por las
mentes de los colombianos?
Con un gobierno que tiene al 70% de la población en desaprobación de la gestión del presidente Duque, los colombianos están llegando a ese punto crítico en donde debe tomar decisiones trascendentales para su futuro.
Los continuos escándalos en los medios de comunicación ya tienen indignados a la población, los militares y las nuevas declaraciones sobre los falsos positivos generan repudio nacional, el intento de vender el páramo de Santurban tiene ofendido a todo el país, las declaraciones de renta de los honorables servidores públicos de este gobierno tiene ardida a la toda Colombia; las declaraciones de Aída Merlano desde Venezuela nos recuerda que aquí los grandes mafiosos de la política siguen haciendo lo que les da la gana con este país.
Colombia está llena de
motivos para tumbar a Duque,
pero el temor de lo que pase
después, es el gran dilema
Acorde a las cifras, 30 millones de personas están insatisfechas con este gobierno, sí esas personas indignadas salen a la calle a apoyar el paro, no hay ESMAD que valga, no hay policía, ni ejército que pueda detenerlos, el país ardería y Duque se vería obligado a abandonar su cargo.
¿Pero qué pasaría sí Duque acosado
por el pueblo, presenta su renuncia?
En teoría, la vicepresidente tomaría su lugar, cosa que no pasaría porque Marta Lucía Ramírez no es del afecto de los colombianos.
En ese caso, el presidente del Senado tendría que asumir la presidencia, mientras se establece una fecha temprana para una nueva votación presidencial y aquí es donde muchos tienen dudas y esas dudas generan pánico en la población. Recordemos que no tenemos experiencia en tumbar gobiernos y la sola idea nos asusta, porque somos muy buenos para presionar, pero poco efectivos al momento de actuar con sobriedad.
La realidad es muy distinta al pensamiento que nos invita a la acción desesperada, las redes sociales afectan la conducta de las personas, al punto que a través de ellas nos llenamos de valor y coraje para ofender, insultar y decir todo aquello que en persona no tendríamos el valor de hacer, porque estamos protegidos por una distancia enorme, que nos ofrece la seguridad que queremos.
Son esas redes sociales las que hoy nos dicen que debemos salir a marchar y derrocar el gobierno de Duque, pero en medio de tanta euforia que nos produce expresarnos libremente, no consideramos aspectos mucho más importantes que el hecho de tumbar a un presidente.
¿Acaso un nuevo presidente podría
cambiar la situación actual del país?
La verdad es que no podría lograrlo por sí mismo, recordemos que el verdadero poder del gobierno se aloja en el congreso, en esos Senadores y Representantes a la Cámara, que son al final de cuentas, quienes legislan las nuevas leyes, modifican las existentes y hacen su voluntad sin que podamos hacer nada al respecto.
Un presidente no puede cerrar el congreso, el sistema no se lo permitiría y de hacerlo se convertiría en una dictadura. Un presidente sin el apoyo del congreso no tiene la fuerza para generar cambios reales. No importa qué tan honesto y transparente sea ese presidente, será el congreso el que al final del día, sancione o no, las leyes de nuestro país y decrete el futuro de nuestro país.
Generar un cambio en Colombia no es cuestión de sacar a Duque y poner a Robledo, o a Petro o a Rodolfo Hernández o a Fajardo, ninguno podrá hacer nada mientras el congreso siga infectado de corrupción. Así que seamos realistas y pongamos en claro que, tumbar a Duque sólo genera pánico en la economía, incertidumbre en la población y un panorama desolador en materia de estabilidad económica.
La solución no se da de la noche a la mañana, los abusos a los que hemos sido sometidos por los corruptos tardaron siglos en llegar a donde está ahora y cambiar esa historia tomará más que una revuelta nacional.
Los cambios reales, requieren de medidas reales, conscientes, estudiadas y pensadas para mantenerse en el tiempo.
La limpieza política comienza cuando no vendemos el voto, cuando entendemos la importancia de elegir a personas transparentes, entregadas por convicción a labor de hacer patria y no a enriquecerse una vez estén en el gobierno.
Congresistas honestos, alcaldes y gobernadores entregados por el servicio de su región, servidores públicos que les duela el país y no la cuenta bancaria. Gente honesta. Y esa gente existe, estamos llenos de ellos, pero las maquinarias no los dejan salir, no los dejan expresar sus propuestas y no hay dinero para sus campañas, por eso se mantienen en la sombra, en la distancia y el olvido.
Sí queremos un verdadero cambio, las urnas son la solución y sólo se consigue cuando tenemos claro el amor que tenemos por nuestro país y el deber de entregarle a las nuevas generaciones un país digno y transparente.
TINIEBLO
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la ideología de Channel Plus News