El comportamiento de la policía en las principales ciudades del país ha generado una sensación de odio, repugnancia y asco por parte de la comunidad, que ve constantemente en las redes sociales, vídeos de abusos entre los uniformados y los vendedores ambulantes.
Frases como : ¿Por qué nos tratan como delincuentes? ¿Por qué nos golpean y nos maltratan desconociendo los derechos de la comunidad? Son sólo algunas de las quejas que a diario se elevan sin encontrar quién de respuesta a sus suplicas.
El siguiente vídeo muestra con lujo de evidencias, como un hombre al que agreden físicamente delante de toda la comunidad, recibe golpes de los uniformados y cuando su esposa, en estado de embarazo intenta ayudar a su pareja, recibe un puño en la cara por parte de uno de estos oficiales.
El uniforme no debe ser sinónimo de brutalidad, no puede darse el lujo la policía de Colombia seguir creyendo que, a punta de golpes van a tener dominada a la población. No está de más, la reflexión de que un día, alguien como este hombre a quien le golpearon su esposa, tome acciones violentas.
Incitar a más violencia solo logra que el odio para con los uniformados aumente con el paso de los días y protagonice una historia que, en un país tan jodido y lleno de impuestos, normas, falta de educación y salud, un brote de revolución genere un brote social y un cambio político.