Opinión: Kico Becerra

Volví, después de muchos años, a la más importante necrópolis de América, ubicada en San Agustín, Huila.

Ver esas imágenes antropomorfas, esculpidas en piedra, en donde se representa la dualidad de la vida y de la muerte y, el misterio del laberinto hídrico del denominado lavapatas, que era realmente una gran sala de partos en el agua corriente, es realmente una experiencia similar a la que se siente visitando a Machu Picchu, las pirámides de México o a Tikal.

El parque arqueológico de la milenaria cultura del alto Magdalena está perfectamente conservado, con caminos en piedra y una limpieza esmerada, al extremo; con guías profesionales que hablan hasta 4 idiomas y tienen certificado para poder ejercer su oficio.

Este misterioso y mágico lugar se engrandece con el entorno del Macizo Colombiano, en el que se ve el Estrecho del Magdalena, donde el río se angosta, para estar a 2 metros de orilla a orilla; la más grande catarata del País, la tercera de Suramérica, el salto de Bordones y, la amabilidad de su gente; esto se convierte en una incomparable experiencia.

La gastronomía merece una mención aparte. Ir a la fábrica de Achiras Yustis, a observar y probar cómo se hacen los incomparables bizcochos de achira en Altamira o, comer en cualquiera de los múltiples restaurantes en el bello pueblo de San Agustín, es un deleite gourmet.

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Lo infame e incompresible son las carreteras que nos llevan a este singular lugar turístico. Da pena encontrarse con un gran número de extranjeros, el 70% de los visitantes, y no poder explicar la razón por la cual esas vías son unas trochas casi intransitables.

San Agustín dista de Popayán 130 kilómetros, se emplean 5 horas y media para recorrerlos. Hay 42 kilómetros destruidos, por la vía a Isnos. El paisaje es espectacular, el páramo de Paletará, las cascadas, los ríos, la selva amazónica húmeda de altura, el encuentro con dantas y osos de anteojos y, el avistamiento de cóndores en Coconuco, son una aventura sin par.

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Las artesanías del sur del Huila, son de gran belleza. Los sombreros de Suaza son una de las manualidades más valiosas de la Nación. Las artesanías en piedra y de fibras sacadas del plátano o de la cabuya, son sobresalientes.

Ñapa: No duden en ir a San Agustín. Hay vuelo de Cali a Pitalito y buses desde Popayán. Ademas, a pesar del estado la vía, el paisaje y el lugar, justifican el viaje en carro.

Ñapita: La seguridad es muy buena. Viajé con mi familia por tierra, en estos últimos días llenos de paros y por allá todo el mundo está tranquilo trabajando.

Director:  Habib Merheg Marún