Por de cien años, San Andrés y sus archipiélagos vecinos han sido considerados destinos turísticos en donde colombianos, americanos y europeos, visitan cada temporada para disfrutar de unas merecidas vacaciones en medio de un ambiente tranquilo, seguro y lleno de música del caribe. Pero todo eso ha cambiado, la sobre población de la Isla y la falta de empleo está convirtiendo el paraíso turístico en un funesto destino en donde la inseguridad está dejando una huella que aleja a los turistas y pone a sus nativos en una posición que podría desencadenar más desempleo.

La sobre población de esta isla de tan solo 27 kilómetros cuadrados, entendida y aceptada desde la propia Constitución Política de 1991 (artículo 310), ha continuado su crecimiento en proporción simétrica a sus barriadas marginales fomentando la informalidad suburbana y creando un caldo de cultivo ideal para la delincuencia.

Lo curioso del asunto es que las cifras del DANE en su pasado censo, del que muchos habitantes de la isla aseguran que nunca fueron visitados, arrojó que la población era de 48.299 habitantes, cifra inferior al registro efectuado por la misma entidad en el 2005, que fue de 59.573

Los escándalos de corrupción también azotan a las Islas caribeñas, todos ellos ligados a proyectos de obras, incluyendo los famosos ‘megacolegios’ que al descubrirse la corrupción, terminaron con dos gobernadores en la cárcel, agravando así la situación de las Islas que se quedaron sin colegios producto.

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Alumnos que pasaron de ser contenidos por maestros y autoridades educativas, a las calles regadas por aguas residuales de buena parte de los sitios mencionados que también hacen parte del inventario de obras inacabadas por contratistas ‘fantasmas’ que, por ejemplo, desaparecieron del Distrito IV: una inmensa barriada de 32 sectores, que espera el alcantarillado hace más de cinco años con buena parte de sus vías intransitables.

San Andrés ya no es el destino tropical seguro y amable que conocimos en antaño, ahora la situación ha cambiado notablemente y de seguir así, los turistas que año a año visitan estas playas y que hoy son víctimas de robos, atracos a mano armada y desmesurados precios por artículos y servicios, buscaran nuevos destinos en otras aguas y la afectación de por este fenómeno atraerá más desempleo e inestabilidad en la región, aumentando así los índices de inseguridad.

Director: Habib Merheg Marún