La certificación de la nueva generación de Wi-Fi fue oficialmente lanzada hoy, y mejorará varios aspectos en la conexión a internet.
La Wi-Fi Alliance, la organización encargada de velar por las condiciones de esta tecnología de red inalámbrica en el mundo, acaba de realizar un anuncio que se estaba esperando hace más de un año. Se trata de la llegada del estándar IEEE 802.11.ax, mejor conocido como Wi-Fi 6. Esta es la tecnología que mejorará significativamente nuestra experiencia usando dichas redes.
Lo que vemos hoy es una formalización de las condiciones que deben seguir las compañías para implementar la nueva tecnología Wi-Fi 6. Después de todo, para sacar provecho es necesario que (casi) toda la industria se ponga de acuerdo. Tanto los routers como los dispositivos que se conectan a internet deben soportar la sexta generación.
Lo que hace la Wi-Fi Alliance es dar la certificación que «demuestra» el cumplimiento de las condiciones. Sin embargo, esto no quiere decir que sea necesario tenerla para implementar la tecnología. De hecho, desde hace meses se están creando dispositivos que la soportan. Dentro de este grupo se encuentran los nuevos iPhone 11 y los Galaxy Note 10. Por lo tanto, desde ya habrá un mercado ansioso por explotar sus beneficios.
Se ha dicho con insistencia que esta tecnología resolverá muchos de los problemas que presentan actualmente las redes inalámbricas. No obstante, sus fortalezas no radican precisamente en la velocidad que ofrecen. Siendo así, ¿qué es exactamente lo que cambia?
¿Qué mejoras tendrá?
Wi-Fi 6 sí mejora la velocidad máxima de transferencia de datos, pero es un cambio ligero. A comparación de WiFi 5 que oscila en los 6,9 Gbps, este ofrece hasta 9,6 Gbps.
Pero lo más llamativo es la forma en la que se desempeña con varios dispositivos conectados. En la actualidad, en nuestros hogares queremos tenerlo todo conectado: los celulares, las consolas, los computadores, los televisores, los refrigeradores, etc. Normalmente cuando uno empieza a transferir datos, el resto de la red se congestiona y genera latencia.
Eso se resuelve con la tecnología OFDMA (Orthogonal Frequency-Division Multiple Access). Cuando un dispositivo enviaba datos, este solía ocupar todo el ancho de banda, sin importar la cantidad enviada. Lo que puede hacer OFDMA es subdividir los canales para que varios dispositivos puedan usar la red al tiempo.
Por otro lado, en esto también aporta la tecnología MU-MIMO, permitiendo subida y bajada de archivos de múltiples usuarios. Además, la llamada Coloración BBS corrige un problema muy común en lugares muy habitados: la interferencia entre redes. Esta asigna colores a cada red y así tomar acciones para evitar la interferencia.
En resumen, se garantiza solo un ligero aumento de velocidad. Lo que importa en este punto es la reducción de la latencia, algo que se había necesitado hasta ahora.