Para muchos el panorama pintoresco de malabaristas en los semáforos, vendedores de dulces y madres cargando bebés con un aviso de «BUSCO ABAJO, AYÚDEME», puede parecer propio de un país en proceso de desarrollo, pero la realidad es mucho más alarmante, la informalidad ya está en las cercanías al 50%, esto sólo indica una cosa: El desempleo llegó a cifras que jamás se habían visto en Colombia.

Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), representa el empleo informal representa el 47,6 % del trabajo en las 23 ciudades principales del país entre febrero y abril de 2019.

Es decir, una persona que se dedica a estas labores no hace parte de la cifra de desempleo nacional (10,3 % en abril, con 2,5 millones de personas desocupadas), pero sí hace parte de los ocupados (22 millones para el trimestre febrero-abril, y 21,8 millones en el último mes reportado).

Pero analizado desde otra perspectiva, mucho más realista, que no admite que un malabarista en el semáforo tiene empleo (así se gane lo del sancocho diario), tendríamos que hacer el ejercicio de un amanera distinta, o sea al 47,6% de «trabajadores informales» (que trabajan para si mismos sin tener los beneficios de las normas laborales), deberíamos agregarle el 10,3% desempleados (que ni trabajo informal tienen), tendríamos un total de 57,9% lo que representa un promedio de 14 millones de desempleados, desmintiendo que 22 millones de personas tienen empleo, reduciendo esa cifra a sólo 8 millones de trabajadores reales con los beneficios de ley.

El DANE presenta cifras que intentan demostrar que la situación es grave, pero no catastrófica, pero la realidad es bastante distinta y no va a mejorar a menos que el gobierno mejore las condiciones para la apertura de empresas en el país.

Crear empresa en Colombia es un riesgo muy alto, producto de los impuestos y normatividades que infundan desconfianza para quienes desean invertir en el país.

Director: Habib Merheg Marún