Por @EscribidorMao
Mientras avanzan las esperadas campañas políticas para la repartición de este potrero entre los mismos ladrones de siempre, los casos de violencia no dan tregua a la ciudadanía que ya ni siquiera se sorprende de las maneras en que matan gente buena e inocente en este país.
Por el simple hecho de haberle pedido al desadaptado Andrés Camilo Muñoz Rubiano, que pusiera bozal a su perro, este sacó un destornillador y atacó a su víctima propinándole varias destornillas (si así se le puede llamar al tipo de asalto) en la cabeza de la víctima, la cual fue llevado de urgencias al hospital en donde murió por las graves heridas que recibió.
¿Una mente enferma?
A pesar de los testigos y de haberse encontrado el arma en su poder, Muñoz Rubiano se declaró inocente. Hay que estar muy loco para evadir las evidencias y declararse inocente de semejante crimen, pero como estamos en Colombia, país en donde reina la impunidad, hasta el más degenerado asesino, intenta negar toda participación en los hechos a ver si le cuaja la mentira y si tiene dinero contrata a uno de Aboganster que ya todos conocemos y saldrá libre por vencimiento de términos u otra patraña que se inventan los abogados del crimen para liberar a sus clientes..
¿dónde está la justicia?
Todo está mal en Colombia, este país sigue en manos de un selecto grupo de corruptos que se las ha ingeniado para someter a los magistrados y jueces a la voluntad de los políticos.
Escucho a los candidatos en sus campañas políticas prometiendo eliminar el IVA, la reducción del congreso, disminuir el pago de los congresistas y con respecto a la justicia, sólo se limitan a decir la famosa frase de cajón «combatiremos la corrupción», pero hasta ahí llega el discurso de los que sueñan con seguir administrando este negocio de bolsillo que los mantendrá millonarios en el próximo cuaternio.
¿Qué le pasa a esta nación?
Todos los políticos involucrados en casos de corrupción representan a los partidos tradicionales, al Centro Democrático, Partido de la U, Cambio Radical, Liberales y Conservadores y no veo salir a sus jefes de partido en los medios condenando a sus militantes por los actos de corrupción, por el contrario terminan defendiendo a los corruptos y luego salen a las campañas a hablar de un cambio político en Colombia. No se puede ser más descarado.
No entiendo porque estamos tan ciegos, porque no tenemos esa capacidad de asociación y análisis inteligente para entender que todo lo que se roban del erario tiene unos responsables directos, los jefes de partido, que avalan a sus militantes a robar y destrozar el país.
estamos maniatados
Mientras nos roban el país, el congreso corrupto defiende a personajes como Karen Abudinen o Jennifer Arías, sin contar la comedia del exembajador Fernando Sanclemente con su narco finca. Todos ellos cuentan con el respaldo de los jefes de partido, que se hacen pendejos y mueven los hilos de la justicia para evitar que los culpables sean condenados en las cortes.
Por el otro lado, los inconformes, los que levantamos la voz y salimos a la calle a protestar y generar conciencia en la ciudadanía, terminamos siendo señalados como terroristas e izquierdosos que intentan acabar con la democracia de Colombia. Y para calmarnos, nos envían al ESMAD para darnos garrote y plomo, porque eso es lo que merece un pueblo que se revela contra la podredumbre que vive este país.
Pero si algo me indigna es ver a ciudadanos de los bajos estratos sociales, los mismos que tendrán que ver al demonio para sobrevivir con ese nuevo aumento del salario mínimo, apoyando a los partidos tradicionales y sus nuevas propuestas para salvar al país del comunismo.
Somos como esa mujer de barrio pobre, a donde llega su esposo de después de haberse gastado en trago y prostitutas su quincena y regresa a casa a darle garrote a la mujer y a exigir que lo atiendan como rey y ella, en su desgracia lo atiende con esmero y aunque las vecinas le digan que lo abandone, ella orgullosa, sigue a su lado porque es mejor malo conocido que bueno por conocer. Así es este pueblo ignorante y a veces pienso que nos merecemos esta desgracia y muchas más, hasta que por fin despertemos y tengamos conciencia que somos nosotros los que escogemos a estas porquerías que nos gobiernan.
Nos desvivimos por un César Gaviria, adoramos a un Álvaro Uribe, respetamos a Andrés Pastrana y nos inclinamos ante la diosa Dilian Francisco Toro y todo porque no tenemos el valor de enfrentar la realidad que vivimos, porque no tenemos los cojones para apostarle a alguien distinto.
Ya empezamos el año con alzas que superan lejos el famoso 10% de incremento salarial, ya empezaron las especulaciones en los precios de la canasta familiar y nuestros congresistas deben estar preocupados porque a la mejor sus bajos sueldos se verán afectados ante las alzas de los productos básicos. ¿Acaso les ha importado alguna vez el bienestar del pueblo? Están ocupados en los contratos que van a firmar y los porcentajes que recibirán por su apoyo y el pueblo, que siga comiendo toda la mierda que pueda y mucho cuidado porque al paso que vamos, hasta la mierda va a ser un privilegio para los pobres.
«Señor, en tus manos pongo el futuro de este pueblo
indiferente e ignorante para que lo protejas por favor»