Los reconocidos Alias ‘Tom’, ‘Lindolfo’, ‘Pichi Belén’ y ‘Chicho’, capturados en los últimos dos años, tenían permisos especiales de porte de armas otorgados por la Cuarta Brigada del ejército.

Consignados en un libro casi secreto, se hallaron permisos especiales de porte de armas otorgados por la Cuarta Brigada del Ejército en Medellín. En los documentos se registraba el nombre, la serie del arma, la firma y la huella de la persona a la que se le otorgaba el permiso, que en ocasiones no se registraron en la oficina de control comercio de armas.

Uno de los hallazgos más reveladores, según el análisis de los documentos hecho por inteligencia militar, indica que más de la mitad de los permisos especiales investigados entre 2016 y 2018 en la Cuarta Brigada, terminaron en manos de personas con antecedentes penales, en su mayoría capos de la banda La Oficina como alias ‘Tom’, ‘Lindolfo’, ‘Pichi Belén’ y ‘Chicho’ y sus escoltas, capturados en los últimos dos años, todo parece indicar que llegaron a los capos de La Oficina a través de un coronel vinculado al departamento de control comercio y armas en Bogotá y de un mayor del Ejército adscrito en su momento a la oficina de control de armas en Usaquén.

Irregularidades que el actual comandante general del Ejército, Nicacio Martínez, dice que no conoció cuando fue inspector de esa institución.

Este hecho en particular no lo conocía, supe de una inspección judicial que se hizo el año pasado donde estaba como inspector, pero no supe el tema ni contra qué personas estaba dirigida esta inspección”, asegura.

El coronel y el mayor en Bogotá, a su vez tenían en Medellín a dos coroneles que hacían parte de la cúpula de la Cuarta Brigada cuando estaba al mando el general Jorge Romero, recientemente retirado del Ejército, por presuntos hechos de corrupción. 

Una prueba más que miembros de las fuerzas militares de Colombia trabajan de la mano con criminales y delincuentes de las distintas organizaciones, a espaldas del gobierno.

¿Hasta dónde llegan estos nexos
con las mafias actuales?

“El año pasado se presentaron más de 60 mil informes entre anónimos, informes, comunicados, de los cuales todo nos avisa que hay alguna situación y donde se tienen que abrir algunas investigaciones y donde se toman unas decisiones. Este año llevamos más de 20 mil; estamos actuando”, señala el general.

¿En quién podemos confiar
cuando las mismas altas
esferas del ejército están
infiltradas?

Los salvoconductos que se habrían entregado irregularmente no llegaron solo a integrantes de la llamada Oficina, también se dieron a civiles como un jugador de fútbol profesional quien tiene 16 armas asignadas por la Cuarta Brigada y al dueño de un establecimiento comercial donde se venden prendas de uso exclusivo del Ejército, quien aparece con 42 armas a su nombre.

“Se han ordenado por parte de un juez nueve capturas de esas hay cuatro contra oficiales, tres contra oficiales y una contra un suboficial”, señaló Fabio Espitia, fiscal general de la nación (e). En este caso, también resultaron detenidos cuatro particulares, que eran contratistas en la Cuarta Brigada.

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Mientras para el ciudadano honesto, comprar un arma de manera legal requiere de muchos trámites y procedimientos tediosos, para los criminales todo termina siendo un proceso que involucra amistades y sobornos.

Director: Habib Merheg Marún