Mientras que la Asistencia Humanitaria de Emergencia fue ubicada en un primer renglón de prioridad, y ya suma más de 43.000 ayudas enviadas a la zona, varios damnificados aseguran no estar conformes con la atención estatal que reciben.
El 3 de Diciembre, un raizal, cuyo nombre se desconoce, elaboró un video para compartir el escenario de Providencia. Allí se observan los vestigios de lo que una vez fueron las casas y las calles. En un corto paneo, también pueden apreciarse varias empalizadas, de ellas sobresalen algunas embarcaciones pequeñas, abolladas y abandonadas.
Es así que inicia la queja del lugareño: “Mira lo que está sucediendo en Providencia” y señala algunas carpas tumbadas entre restos de palmeras, que fueron entregadas en los paquetes de ayuda . “Se mojó toda la gente. Ni los scouts cuando van a hacer camping se mojan porque sus carpas son mejores”, comentó.
“Ey por Dios, ¿Este Gobierno qué piensa? aquí somos humanos (…) es un atropello y una falta de respeto. Trajeron unos kit para regalar a la gente el segundo día cuando pasó el huracán y todavía dicen: tienes que entrar en la página web para registrarte, !después de que hay un desastre¡ Por favor, que falta de respeto con una comunidad”.
Frente a este tema, este diario consultó a la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, entidad que hizo un balance de la entrega de ayudas humanitarias (ve microhistoria). En ese sentido, es de anotar que se han entregado 43.623 ayudas humanitarias y que entre esos, hay 2.018 carpas.
Es más, informó el Gobierno que a través de la Gerencia para la Atención y Reconstrucción de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, en cabeza de Susana Correa, gerente General, Lyle Newball, gerente Local y Social; y el Ministerio del Interior, lideran el proceso de concertación con las comunidades para avanzar juntos en la recuperación y reconstrucción de las islas.
A través de un comunicado informaron que son cinco mesas de trabajo las que se han desarrollado con líderes sociales, comunales, religiosos, comunidades negras, raizales y demás representantes de los isleños. “Estamos enfocados en que la reconstrucción del Archipiélago no debe ser solamente en materia de infraestructura, sino que también se debe hacer una reconstrucción desde el punto de vista social y para esto requerimos la participación de la comunidad”, aseguró Newball.
Silvia Venner, gestora social de asuntos étnicos y lideresa raizal del archipiélago, confirmó que el proceso de restauración anunciado por el Gobierno va “lento”. Mientras tanto –según relató– sigue lloviendo mucho en la región insular y la gente se está mojando porque las casas que quedaron en pie, en su gran mayoría, están destechadas. Los damnificados han estado recogiendo pedazos de tejas para cubrirse y poder medio dormir”.
“La idea es mirar cómo podemos apradrinar una o dos casas. Hay que mirar cómo hacer llegar las ayudas para que no caigan en manos erróneas, Aquí hay una cantidad de fundaciones que aparecieron de la noche a la mañana”.
Por su parte, Emerita Becerra, otra lideresa de la región, confirmó que la logística en la entrega de ayudas no ha sido la mejor puesto que los encargados no conocen bien el territorio y “muchos damnificados no han recibido nada a estas alturas”.
Ofelia Myles, raizal nativa, también entregó su testimonio y aseveró que la comunidad no cuenta con servicios públicos y de momento nadie se ha acercado a ella para entregarle bienes de primera necesidad. En su caso, la preocupación por la falta de refugio es peor porque debe resguardar a su hijo de un año, quien ha debido aguantar las lluvias de estos últimos días, según agregó, sin recibir alimentación: “Dicen que están entregando ayudas, pero uno no ve quién las está entregando”.
Director: Habib Merheg Marún