Si bien cada quien es libre de hacer con su vida lo que quiera, es inconcebible que jóvenes usen las vías más inclinadas de la ciudad para demostrar en una carrera loca, lo atrevidos e intrépidos que son, para terminar debajo de las llantas de un bus público.
Qué se maten, vaya y venga, pero el problema queda para quienes sin tener nada que ver en el asunto, terminan implicados en un proceso legal que no les corresponde.
¿Dónde están las autoridades en esta vía de Cali que TODOS sabemos se usa para este tipo de intrépidas carreras?