El proyecto del Puerto de Tribugá ha sido una obsesión antioqueña, para tener un puerto cercano, en el Pacífico.
Por simple cuestión de observación, en medio de los manglares chocoanos, hacer una carretera, es una muy costosa obra y ante todo un crimen ambiental.
Cuando se hizo la carretera a Bahía Málaga, que queda ubicada, casi toda, en el espolón de la cordillera occidental, que entra hasta la bahía de Buenaventura, se previó que la destrucción de manglares que generaría esa vía y la invasión inmediata de colonos al lado y lado de la misma, causaría un gravísimo daño medio ambiental.
Así sucedió y hubo que abandonar esa carretera para frenar este crimen a la selva húmeda tropical.
Siempre, las autoridades ambientales, por esta razón, habían negado su permiso a Tribugá, argumentando, lo mismo que ha sostenido la Nación, para no permitir la carretera que traspase el tapón del Darien.
Este gobierno, dirigido por el ilustre antioqueño Alvaro Uribe, decidió meter en el plan de desarrollo ese puerto y aceptar, como normal, la destrucción de 400.000 hectáreas de bosque durante el cuatrenio
¿Qué se busca, además de darle gusto a la ambición antioqueña, por un puerto en el Pacífico, y así contar con puertos en los dos mares?
Sin duda, se quiere acabar con el puerto de Buenaventura y quitarle al Valle del Cauca su importancia portuaria. Por eso no acabarán nunca la doble calzada a ese puerto, primero harán la carretera a Tribugá.
¿Saben para qué ha servido la protesta de algunos Congresistas, de todas las organizaciones protectoras del medio ambiente, nacionales e internacionales? Para nada; se los han pasado por la galleta.
Los Vallunos somos unos bueyes mansos, de los políticos paisas, hacen con nosotros lo que quieren, eunucos portadores de abanicos, chupaculativos de los gobiernos, que nos humillan y se burlan de nosotros.
Si creen que miento, miren lo que está pasando con los peajes.
En este «solar de viuda», en que se convirtió el suroccidente Colombiano, donde la dirigencia nacional tiene licencia para hacer sus excrementales necesidades, los únicos no genuflexos son los indígenas con su Minga.
¡¡Siquiera se murieron los abuelos, para no ver en lo que nos convertimos!!.
Ñapa: Debo corregir que no todos los dirigentes de Antioquia están de acuerdo con la hecatombe ecológica de Tribugá. El Dr. Sergio Fajardo ha dado una declaración mostrando su desacuerdo.
Nobleza obliga.