Michael West, un hombre blanco de 56 años, lo declararon muerto a las 7:27 p.m. del jueves tras recibir dos descargas eléctricas en la Institución de Máxima Seguridad Riverbend, en Nashville, según notificó el Departamento Correccional de Tennessee.
En ese entonces, el ejecutado trabajaba en un restaurante de comida rápida McDonald’s en Lake City (al norte de Knoxville) junto a Ronnie Martin, quien fue su cómplice en los crímenes y conocía a Sheila Romines del instituto.
West, que tenía 23 años, y Martin, de 17, salieron de trabajar la noche antes de los asesinatos y pasaron la madrugada bebiendo. Por la mañana, los dos condujeron hasta la vivienda de los Romines y esperaron a que el esposo y padre de las que serían sus víctimas saliera a trabajar. Martin llamó entonces a la puerta y Sheila Romines les dejó entrar. Ambas fueron asesinadas con las manos atadas a la espalda. La autopsia reveló que Sheila Romines fue apuñalada 17 veces, y que varias de las heridas eran consistentes con signos de tortura.
El reo eligió la silla eléctrica como método de ejecución frente a una inyección letal, siendo el tercero en pocos meses en Tennessee que prefiere morir electrocutado.
Primero recibió una descarga de 1.750 voltios durante 20 segundos, seguida por una pausa de 15 segundos y una segunda descarga de otros 1.750 voltios en 15 segundos antes de ser declarado muerto.
West fue ejecutado este jueves por asesinar en marzo de 1986 a Wanda Romines, de 51 años, y a su hija Sheila Romines, de 15.
Además, antes de morir, la menor fue violada, West reconoció haber violado a Sheila Romines, pero acusó a su cómplice de los dos asesinatos. Martin, a su vez, aseguró que fue West quien mató a las mujeres.
Un jurado condenó a muerte a West en 1987, mientras que Martin, al ser menor de edad en el momento de los asesinatos, recibió una pena de cadena perpetua que todavía cumple, aunque podría salir en libertad condicional a partir del año 2030.
La Justicia determinó después que, con independencia de la autoría de los asesinatos, West tuvo una «participación importante» en los crímenes.
¿Es la pena de MUERTE
la solución a las violaciones?
En su petición de clemencia antes de la ejecución -rechazada este martes por el gobernador de Tennessee, Bill Lee-, West dijo estar arrepentido de haber violado a la menor y de no haber hecho nada para detener los asesinatos de Wanda y Sheila Romines.
La de West fue la segunda ejecución del año en Tennessee y la undécima en todo el país. Desde que la Justicia de EE.UU. restituyó la pena de muerte en 1976, 1.501 personas han sido ejecutadas, once de ellas en Tennessee.
Director: Habib Merheg Marún