Tras casi un mes de protestas los partidos de la oposición y la coalición de Gobierno de Piñera firman un acuerdo para celebrar una consulta en abril de 2020 que resuelva dos preguntas: si se quiere o no una nueva Carta magna y qué órgano la redactará. Esto podría poner fin a la Constitución de Pinochet que ha régido por décadas en Chile.
En la madrugada del viernes 15 de Noviembre se llegó a un acuerdo para convocar en Abril de 2020 un plebiscito por una nueva Constitución que sustituya la vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), tras casi un mes de protestas.
«Es una respuesta de la política con mayúscula, que piensa en Chile y que también se hace cargo y asume su responsabilidad«, afirmó el presidente del Senado, Jaime Quintana, miembro del opositor Partido por la Democracia (centroizquierda), flanqueado por los dirigentes de las principales formaciones políticas del país, a excepción del Partido Comunista, en una conferencia de prensa de madrugada en una de las sedes del Congreso en Santiago.
Después de intensas y prolongadas horas de negociaciones, los principales partidos de la oposición y la coalición del gobierno del derechista Sebastián Piñera firmaron un «Acuerdo por la paz y la nueva Constitución«, en el que se comprometieron a aprobar un llamamiento a un plebiscito.
El nuevo texto será redactado desde una «hoja en blanco», sin tener como base la actual Constitución, como defendía parte del oficialismo para los casos en los que no se alcance el quorum de dos tercios que se estableció para aprobar todas aquellas normas y reglamentos que se quieran introducir.
La elección de los miembros del órgano constituyente se realizará en Octubre de 2020 conjuntamente con las elecciones regionales y municipales bajo sufragio universal. Este órgano tendrá un plazo de nueve meses para redactar la nueva Constitución, prorrogable una sola vez por tres meses más. Una vez redactada la nueva Carta Magna, ésta será sometida a su ratificación en otro plebiscito mediante sufragio universal obligatorio.
«Nosotros estamos contentos de haber podido contribuir a aprobar un acuerdo que derrote la violencia«, afirmó Jacqueline van Rysselberghe, presidenta de la ultraconservadora Unión Demócrata Independiente (UDI), el principal partido de la coalición de partidos del gobierno de Piñera.
«La gente fue capaz de mover las barreras de la política, de mover las barreras de lo posible. Sí podemos soñar con una Asamblea constituyente», Catalina Pérez, presidenta de Revolución Democrática (izquierda radical).
La sociedad Chilena asume con mucho respeto la fuerza del paro nacional y deja en evidencia a todo Latinoamérica, que sí se pueden lograr cambios radicales en la constitución de un país, cuando el pueblo unido se enfrenta a los gobiernos que intentan oprimi la libertad y beneficios de la población.
Director: Habib Merheg Marún