“Instamos [a Claudia López] a pronunciarse y retractarse públicamente de cualquier declaración xenófoba que fomente el odio contra nuestros connacionales“, reza una comunicación enviada a la alcaldesa por la Comisión de Política Exterior de la AN, de notable mayoría opositora al régimen de Nicolás Maduro.
El parlamento de ese país se refiere a lo dicho por López después de que fuera asesinado en un bus de Transmilenio, en el norte de Bogotá, el mesero Oswaldo Muñoz, por robarle el celular. Las pistas iniciales apuntan a que entre los autores del crimen habría ciudadanos venezolanos. Ese es un hecho más que muestra que los homicidios en la capital van al alza y no son simple percepción.
Pocas horas después de que el país se enterara de la muerte de Muñoz, López dijo: “No quiero estigmatizar, ni más faltaba, a los venezolanos, pero hay unos inmigrantes metidos en criminalidad que nos están haciendo la vida cuadritos”. Y después advirtió que “el que venga a ganarse la vida decentemente, bien; pero el que venga a delinquir, deberíamos deportarlo sin contemplación”.
También se remiten a las declaraciones del director de Migración Colombia, Juan Francisco Espinosa, que explicó que rechazó cualquier acto delictivo, pero aclaró que no se puede responsabilizar exclusivamente a los extranjeros de la situación de orden público que vive Bogotá.
“De las 21.812 capturas en flagrancia en Bogotá, 1.874 son de ciudadanos venezolanos. […] Dicho de otra forma, nosotros no encontramos que la criminalidad en Colombia pueda explicarse a partir de la migración venezolana”, dijo el funcionario al citar datos de la Fiscalía General.
Director: Habib Merheg Marún