Desde 1983 la vía que une a Buenaventura con el centro del país es el proyecto de infraestructura más ambicioso del Valle del Cauca, que mejora las condiciones de movilización al centro del país, que terminó incluida en el Plan de Desarrollo del primer gobierno de Álvaro Uribe. Los estudios empezaron en 2008 pero solo hasta el 2015 se abrió la licitación para construir el tramo Mulaló-Loboguerrero dentro del paquete de 4G del gobierno Santos.
Para competir por esta obra, Corficolombiana utilizó la Concesionaria Nueva Vía al Mar S.A.S. –Covimar- que había nacido un año antes producto de la fusión de dos empresas filiales: Estudios Proyectos e Inversiones de los Andes. Con el 25% de participación se la ganaron. El 22 de Enero de 2015 la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), entonces en cabeza de Luis Fernando Andrade, firmó el contrato para entregar la concesión.
La expectativa fue mayúscula, finalmente se lograba completar la conexión del puerto comercial más importante de Colombia, una urgencia aplazada más de veinte años. La firma del Acta de Inicio se realizó el 17 de Marzo de 2015 y la inversión comprometida de recursos públicos oscilaría entre $1.6 y $2 billones.
El proyecto, consistente en una vía totalmente nueva, que contaría con cinco túneles, 48 obras especiales como puentes, pontones y viaductos, prometía desde el principio ser, además, un corredor turístico de gran importancia para el suroccidente. Sin embargo, las cosas no salieron como se esperaban.
las licencias ambientales
Para iniciar los trabajos se requerían de las licencias ambientales y la obra debería ser sometida al engorroso proceso, requerimiento constitucional, de consulta previa con las comunidades negras que se verían afectadas por la mega construcción. Empezaron las dificultades y los escollos presentados por la Agencia nacional de licencias ambientales (ANLA).
Durante seis años resultó inútil la presión desde todos los frentes y los pronunciamientos de los sectores empresariales y de comercio de todo el país sobre la importancia crucial del proyecto. Nada movió el acelerador frente a esta vía, con un diseño de ingeniería de primera línea que permitiría la esperada conexión con el Pacífico colombiano y con el puerto por donde entran y salen el 70% de las importaciones y exportaciones del mercado colombiano.
se agotó la paciencia
Finalmente, este agosto hubo luz verde después de más de seis años de licitada la vía Mulaló-Loboguerrero. A través de la Resolución N°1429 del 17 de Agosto de 2021, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla), otorgó viabilidad ambiental al corredor vial Mulaló – Loboguerrero. La licencia llegó cuando ya el pleito de COVIMAR para desistir de la obra había comenzado
Sin embargo, la paciencia se le había agotado a Corficolombiana, a su propietario y a la presidenta de la compañía María Lorena Gutiérrez. Desde el mes anterior, la concesionaria Covimar solicitó ante un tribunal de arbitramento la declaración de terminación del contrato de concesión para el proyecto, argumentando una situación de fuerza mayor después de 6 años esperando poder iniciar las obras. La no expedición de la licencia ambiental por parte de la ANI, no estaba en sus manos pero sí sus efectos económicos por el aplazamiento obligado de inicio de la obra. La empresa constructora le solicitó al tribunal la revisión y liquidación de la concesión.
Las licencias finalmente expedidas por la ANLA el pasado 17 de Agosto no resultan argumento para revertir la decisión por parte Covimar. Su equipo jurídico insistió en que estas no están en firme ya que “se encuentran en proceso de notificación a las partes y terceros intervinientes del trámite ambiental y porque contra la misma proceden recursos para que se modifique, revoque, adicione o aclare la referida decisión”, razón por la cual la luz verde no parecería ser aún tan verde.
El sector de infraestructura administrado por Corficolombiana, dentro del patrimonio del hombre más rico de Colombia, pesa mucho y cuentan con la experiencia, después del descalabro de la Ruta del sol, para saber a qué obras le apuestan. Parecería claro que la vía Mulaló-Loboguerrero ya no forma parte de su portafolio de proyectos futuros.