Aunque la noticia hoy en Colombia es la captura del jefe mayor del Clan del Golfo y el posible desmantelamiento de la red de narcotráfico más grande del país, existe la otra cara oscura del poder, esa que permitió a Otoniel violar a cientos de niñas entre los 11 y 13 años de edad.
En Necoclí el nombre y el poder de Otoniel, era tan grande, tan temeroso que, las familias humildes de la región permitían que este violador de menores, se llevara a niñas inocentes a su campamento, especialmente si eran vírgenes, para ser violadas durante un tiempo indefinido, para luego ser entregadas a sus empleados más destacados como un premio por su valiosa colaboración con la organización.
No siempre las niñas eran raptadas, muchas veces eran entregadas por sus familiares a cambio de un pequeño terreno, un par de cabezas de ganado o simplemente para ganar el afecto del mismo líder del Clan del Golfo, producto del miedo al cual fueron sometidos durante años.
De ser extraditado a los Estados Unidos, es muy probable que todas estas violaciones pasen por alto en las indagatorias, buscando ante todo, acusarlo de tráfico de cocaína a este país, dejando atrás otros delitos que para el gobierno de norte américa no tienen relevancia con el caso.
violaciones en el olvido
Es posible que todos los casos de violación cometidos por Otoniel, queden en el olvido, en los archivos engavetados que nunca saldrán a la luz y que nunca recibirán la justicia que requieren los padres de centenares de familias que, ante la ausencia del Estado, debieron entregar a sus hijas para evitar las consecuencias.
Colombia podría, sólo con este cargo de abuso sexual a cientos de niñas menores de edad, condenar a Otoniel hasta por 40 años de prisión, una pena que podría superar cualquier negociación con el gobierno de los Estados Unidos.