El exmandatario Álvaro Uribe se tomó muy en serio su trabajo de Jefe de Campaña de Iván Zuluaga y salió a las calles a repartir volantes y hablar con los ciudadanos, pero las cosas se pusieron malucas cuando la ciudadanía comenzó a abuchearlo y faltarle al respeto. Sus escoltas debieron sacarlo de la escena.
Por supuesto que un acto así debía estar bien programado, tanto por parte de sus escoltas, así como por parte de los miembros del partido, que a pesar de su apoyo al jefe del partido tuvieron que lidiar con los opositores de Uribe.
“Uribe, amigo, el pueblo está contigo”, decían los seguidores del líder del Centro Democrático, mientras que desde la otra orilla se escuchaba el popular grito de “Uribe, paraco, el pueblo está berraco”.
Lo único cierto es que la fuerza política que solía tener el exmandatario en tiempos de otrora, ha quedado en el pasado. Ahora Uribe es abucheado en las calles y ha perdido esa fuerza que alguna vez lo caracterizó ante su público.