Opinión: Jaime Orejarena García

Los que nos trajeron hasta aquí, ¡qué trajeron!, los que nos arrojaron hasta aquí, fueron ustedes.

Los que por años y años sembraron y cosecharon en su propio beneficio para que hoy estemos votando como votamos, fueron ustedes.

Los que se pusieron de acuerdo para gobernar cuatro años tú, cuatro años yo y le cerraron con tapia la entrada a otros que no fueran rojos o azules, fueron ustedes. Los que se acostaron perdedores y amanecieron triunfantes por allá en las presidenciales de 1.970 fueron ustedes. Ustedes fueron los que por ese procedimiento y otros tantos malos comportamientos, ayudaron a crear una criatura guerrillera que de tantos golpes que dio, aún no se les quita el rencor ni a los militares que las padecieron ni a las víctimas que las sufrieron, muchas de las cuales hoy eligen por desquite, por venganza. Hasta razón tienen.

Fueron ustedes los que se sintieron intocables y las pocas veces que los tocaron no les valió de nada y siguieron jugando a administrar mal administrada una finca que como no la sintieron nunca suya, igual daba que se quebrara. Una y otra vez. De ustedes y por ustedes son las pésimas calificaciones del Congreso y en general de todos los políticos así caigan los que no son tan malos.

Fueron ustedes los que se inventaron eso de la “participación política” que en castellano significa simplemente puestos y contratos. Con ese invento acabaron las ideologías y le pusieron código de barras a cada voto suyo en cada corporación para pasarlo por las tesorerías de las ciudades y pueblos y hacer sonar la caja registradora de sus ambiciones. Código de barras, sí, porque los códigos de ética dejaron de existir en sus vidas hace tiempo.

Fueron ustedes los que gobernaron y llenaron este país de burocracia, los que se apropiaron de cada entidad estatal como si fuera un botín y hoy están muertos de susto porque hay una posibilidad muy seria de que no puedan seguir con el juego.

Fueron ustedes los que no oyeron al resto del país cuando les pidió a gritos que no estábamos de acuerdo con su proceder. Ignoraron o maquillaron como les convino cada motivo de protesta, cada marcha, cada paro. Se limpiaron el culo con el país cuando decidieron apostarle a la guerra por seguirle el capricho a un sujeto que ni la guerra hizo bien y la paz le espanta el sueño.

Fueron ustedes los que miraron para otro lado cuando se les dijo de mil maneras que cambiaran y no lo hicieron.

Fueron ustedes, los que han gobernado desde siempre y con los de siempre, los que hoy andan diciendo que el candidato de sus disgustos es el culpable de todo lo malo, sin que él haya gobernado el país un solo día. Y hablan del de sus gustos como el nuevo mesías, la contra para evitar la desgracia, el elíxir milagroso que nos debemos tomar, según ustedes, para purgarnos de los parásitos que ustedes mismos nos sembraron. ¡Qué insensatez y cuánta falacia!

Fueron ustedes los que nos trajeron hasta aquí. Fueron ustedes los que nos pusieron a escoger entre dos abismos, uno cultivado durante mucho tiempo y otro que parece sacado de un circo pobre de pueblo lejano y entrada 2 x 1.

Serán ustedes los que se encargarán, estoy seguro, de hacerle la vida imposible al que gane si no atiende sus insaciables apetitos de todo y por todo.

Serán ustedes los que usarán todo el arsenal para que no se pueda gobernar, para no dejar tiempo a que las cosas cambien tanto como para que las “ías” que nunca los han tocado, empiecen a interesarse en sus asuntos hoy protegidos por la solidaridad de cuerpo: todos se hacen pasito.

Serán ustedes los responsables de lo que pase en las elecciones y de lo que pase después. Si nos vamos por el abismo de la izquierda, recuerden que fueron ustedes los que nos tiraron hacia allá. Y si nos vamos por el de la derecha, no se vayan a poner muy contentos porque es común que los circos pobres de pueblo lejano y entrada 2 x 1, levanten su carpa y tomen rumbos inesperados sin darle explicaciones a nadie.